El próximo 4 de agosto, trabajadores administrativos elegirán a su nuevo Comité Sindical. Cuatro planillas competirán en una jornada histórica de voto libre, directo y secreto, reflejo de la nueva etapa democrática que vive el sindicalismo en Chiapas.
BALANZA LEGAL/Rodolfo L. Chanona
Por décadas, la vida sindical en México estuvo marcada por prácticas opacas, liderazgos verticales y una representación muchas veces lejana a las verdaderas necesidades de los trabajadores. Sin embargo, con la reforma laboral de 2019 y del nuevo modelo de justicia laboral, el escenario cambió de manera sustancial. Hoy, se puede ver reflejada en la elección del nuevo Comité Ejecutivo del Sindicato de Empleados Administrativos de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH), como un ejemplo tangible de este nuevo espíritu democrático, más equitativo y representativo que avanza con paso firme en el sector público.
El próximo 4 de agosto, en el Teatro Universitario de la institución, se llevará a cabo una jornada electoral que marcará un hito para este gremio. Los trabajadores administrativos acudirán a emitir su voto de manera libre, directa y secreta. Proceso, respaldado por un Comité Electoral plural e imparcial integrado por la C. María Floritel Zenteno Urbina (presidenta), el C. Ernesto Alonso Cueto Moreno (secretario), la C. Tania Esperanza Vázquez (vocal), y los escrutadores C. Marco Antonio Sumoza García y C. Salvador López Hernández, que asegura condiciones de equidad, legalidad y transparencia para las cuatro planillas contendientes.
Mismas que representan distintas visiones y estilos de liderazgo. La planilla Amarilla, encabezada por Mónica Han Aguilar; la planilla Guinda, por Susana de los Ángeles Cabrera Hernández; la planilla Blanca, por Thelma Guadalupe Becerra González; y la planilla Morada, con Rafael Sánchez como aspirante a Secretario General. Siendo precisamente esta última, la que ha logrado mayor aceptación dentro del gremio; gracias a una propuesta que combina experiencia administrativa, apertura al diálogo, compromiso con la base trabajadora y una visión de sindicalismo acorde a los nuevos tiempos.
La elección del nuevo Comité Ejecutivo no es un hecho aislado, sino parte de un proceso de democratización que se viene consolidando desde la aprobación de la reforma laboral en 2019 en las organizaciones sindicales, constituyéndose procesos sindicales más apegados a los principios de democracia sindical; lo cual implica elecciones con voto personal, libre, directo y secreto.
A su vez, obliga a los sindicatos a rendir cuentas, ser transparentes en el manejo de cuotas, respetar la equidad de género y permitir que la voluntad de las bases sea la que determine la dirección del sindicato. La reforma también apunta a construir un sindicalismo moderno, con liderazgos que se alejen de prácticas corporativas y clientelares, y abracen un nuevo paradigma centrado en el bienestar integral de los trabajadores, en la defensa de sus derechos, pero también en la corresponsabilidad con la vida institucional, la productividad y la dignidad laboral.
En este contexto, la figura de Rafael Sánchez, quien encabeza la planilla Morada, se ha convertido en una propuesta que sintetiza los atributos de un liderazgo sindical moderno. Su trayectoria dentro de la universidad, su cercanía con la base trabajadora y su discurso basado en el humanismo sindical han calado hondo entre los empleados administrativos, quienes ven en él una oportunidad de cambio con rumbo.
Lejos de los discursos confrontativos, Rafael Sánchez ha centrado su propuesta en tres ejes: la dignificación del trabajo administrativo dentro de la universidad, la defensa firme pero propositiva de los derechos laborales, y el impulso de una cultura sindical incluyente, participativa y transparente. Además, ha subrayado la importancia de modernizar los procesos administrativos y fomentar la capacitación continua de los trabajadores, en un entorno de respeto y colaboración institucional.
Lo que ha distinguido a la planilla Morada no es solo su capacidad organizativa, sino la coherencia entre su discurso y sus prácticas. Han presentado públicamente su plan de trabajo, en rendir cuentas sobre el origen y destino de sus recursos de campaña, y en garantizar espacios de diálogo con todos los sectores del gremio, incluyendo trabajadores con contratos temporales y eventuales, que históricamente han estado al margen de las decisiones sindicales.
La elección del nuevo comité no solo definirá el rumbo del sindicato en los próximos años, sino que será también un reflejo de la responsabilidad de la Universidad de Ciencias y Artes del estado, como institución de educación superior, como faro ético en estos procesos, permitiéndo se lleve a cabo esta elección en condiciones de equidad, sin imposiciones ni prácticas irregulares, lo que será un mensaje poderoso no solo para la comunidad universitaria, sino para el conjunto del sindicalismo público estatal.
El camino hacia un sindicalismo democrático no se agota en las urnas. La verdadera transformación comienza una vez que el nuevo comité asuma funciones. Sea cual sea el resultado, los trabajadores deben mantenerse vigilantes, exigir transparencia y participación continua. Y el liderazgo que resulte electo deberá honrar el compromiso con la legalidad, la equidad y el bienestar colectivo.
En la planilla Morada muchos ven esa posibilidad, ese liderazgo sindical adaptado a una era de derechos humanos, diálogo social y corresponsabilidad. Un liderazgo que no impone, sino que escucha; que no administra el conflicto, sino que construye consensos; que no busca perpetuarse, sino transformar. El sindicalismo del siglo XXI ya no es más un reducto de privilegios, sino una herramienta viva de organización, justicia y dignidad laboral.

Discussion about this post