Descubren el poder del subconsciente para sanar cuerpo y emociones
Eric Ordóñez/Ultimátum
Durante su participación en el programa ¡HEY HEY HEY, PAREN TODO! con Daniel Aceituno, transmitido por Diario Ultimátum, el reprogramador mental Luis Eduardo Guillén compartió su experiencia, técnicas y fundamentos detrás de su práctica terapéutica, basada en la hipnosis y la reconfiguración del subconsciente. Con 18 años de experiencia, Guillén ha creado un modelo integral de atención emocional que, según relató, ha ayudado a cientos de personas a transformar su salud física y mental, incluso en casos considerados clínicamente irreversibles.
Guillén explicó que la reprogramación mental consiste en modificar patrones automáticos del cerebro, aquellos hábitos, conductas o reacciones emocionales que las personas repiten de forma inconsciente y que muchas veces están ligados a experiencias pasadas no resueltas. A través del uso de la hipnosis —una técnica que, aclaró, ha sido desvirtuada por el espectáculo— se puede acceder a niveles subconscientes para reconfigurar estas respuestas.
«El subconsciente es como el modo automático del cerebro», dijo. «Una vez que algo se repite lo suficiente, se instala como un hábito muy difícil de cambiar sin herramientas específicas». En este sentido, la hipnosis es utilizada para activar ciertas frecuencias mentales que permiten trabajar directamente sobre ese sistema automático, haciendo que el cerebro acepte con mayor facilidad nuevas condiciones emocionales o comportamentales.
El terapeuta relató que llegó a desarrollar su método como una necesidad personal. Desde muy joven enfrentó una depresión persistente, y tras probar distintas terapias sin resultados duraderos, comenzó a construir una técnica propia a partir de diversas disciplinas como la psicología, la biología, la alimentación consciente y la espiritualidad. «Fue una búsqueda personal para sanar lo que otros métodos no lograban», reconoció.
Una de las principales críticas que hizo fue hacia las terapias tradicionales que, en su opinión, no siempre ofrecen resultados eficaces. «Si llevas nueve años en terapia con el mismo problema, algo no está funcionando», sentenció. Añadió que muchas personas llegan a su consulta luego de haber agotado otras alternativas, lo que paradójicamente facilita el diagnóstico porque ya se han descartado múltiples causas.
Sobre su metodología, señaló que la reprogramación no se reduce a sesiones pasivas, sino que busca empoderar al paciente. «Yo no hago terapias, doy clases. Les enseño cómo funciona su mente para que no dependan de mí», dijo. En promedio, sus procesos duran entre 4 y 12 sesiones. Aseguró que su objetivo es que las personas logren autonomía emocional para poder manejar sus propios procesos internos.
Guillén también abordó la relación entre cuerpo y mente. Señaló que muchas enfermedades físicas tienen raíz emocional o psicosomática. Citó el caso de una paciente con diabetes avanzada que, tras iniciar su proceso de reprogramación, mostró una recuperación sorpresiva del funcionamiento de su páncreas. “Lo que parecía imposible empezó a mejorar cuando soltó el miedo y trabajó sus emociones”, contó.
Aunque su método ha sido cuestionado por carecer de reconocimiento formal académico, el terapeuta defendió su eficacia con base en resultados. «Muchos me dijeron que lo que hacía no era posible, pero ahí están los expedientes», afirmó. Comparó su experiencia con la del abejorro, del que se dice que vuela porque no sabe física y, por lo tanto, no sabe que teóricamente no debería volar.
Además de reprogramación mental, Guillén impulsa un proyecto llamado Conciencia y Magia, que mezcla ciencia, energía y neurociencia para explorar los límites de la mente humana. Aseguró que la física cuántica ha comenzado a validar fenómenos que antes se consideraban mágicos. «La magia, en realidad, es ciencia no traducida», sostuvo.
En su práctica también considera factores como la alimentación y el microbioma intestinal, que influyen en la producción de neurotransmisores. «No todo está en la cabeza; también pensamos con el intestino», explicó, al destacar la importancia de una visión integral del ser humano.
Respecto a los menores de edad, Guillén aclaró que también atiende a niños, pero el tratamiento incluye trabajar primero con los padres. «De nada sirve atender al niño si los padres siguen haciendo lo mismo. Muchas veces el problema está en el entorno, no en el pequeño», señaló.
Para quienes se interesen en su trabajo, Luis Eduardo Guillén ofrece sesiones tanto presenciales como virtuales desde Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Recalcó que no todos los pacientes requieren hipnosis explícita, y que a veces la técnica se aplica de manera sutil. “Lo importante no es el show, sino el cambio”, concluyó.
El programa cerró con una reflexión sobre el poder personal. «El éxito no es magia, es vibración y acción alineadas con propósito», dijo. “Cada pensamiento emite una frecuencia, somos antenas que crean su realidad”.

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