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EDUCACIÓN Y JUVENTUD

29 de septiembre de 2025
in Opiniones
“Todas las democracias contemporáneas viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes”.  Galbrait.

“Todas las democracias contemporáneas viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes”.  Galbrait.

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“Todas las democracias contemporáneas viven bajo el temor permanente a la influencia de los ignorantes”.  Galbrait.

José Antonio Molina Farro

Hay un reduccionismo conceptual y operativo sobre lo que significa ser joven. Incluir a los jóvenes en las prioridades de la agenda nacional, y establecer sinergias con políticas de salud, medio ambiente, producción, competitividad y empleo, es un imperativo nacional, no solo por razones éticas y sí para cimentar un futuro de grandeza. Los jóvenes de 20 a 29 años representan el 40% de los desempleados de este país y 50% vive en la pobreza. Solo el 24% de los jóvenes asiste a la educación superior. El 53% de jóvenes de 15 a 19 años no asiste a la escuela. Más de 3 mil jóvenes abandonan el bachillerato diariamente, y las causas no son sólo económicas, sino también de falta de motivación, la escuela les aburre, no les gusta, les falta conexión con el ambiente escolar. Se trata de un millón 800 mil jóvenes de entre 15 y 18 años de edad que deberían estar en la escuela y la abandonaron. Durante el ciclo escolar 20192021 la entidad perdió alrededor de 45700 estudiantes en todos los niveles educativos, en 2024-2025 Chiapas tuvo la segunda tasa más alta de deserción escolar en México, con más de 71 mil estudiantes fuera de las aulas, superado solo por el Estado de México. Factores como la pobreza extrema, la violencia, falta de internet, materiales, , y los problemas económicos son las causas principales desertaron de las aulas 622 mil 800 jóvenes, hoy poco muy poco se ha avanzado. Su futuro es la precariedad, y formar el ejército de reserva de la delincuencia. Es un drama nacional. Cuántas generaciones de jóvenes condenadas a ser mexicanos de segunda por la falta de educación o de una educación deficiente.

Tenemos un desastre silencioso y ahora cada vez más ruidoso en materia de educación. Por qué no caminar en paralelo el combate al narcotráfico, en la gran guerra a favor de la educación de excelencia. Todos debemos de sumarnos a la gran cruzada por la educación en Chiapas.

El fracaso de la educación es el fracaso de la república. La educación con enorme cobertura, pero con baja calidad y altos índices de deserción escolar no resuelve los problemas ni de Chiapas ni de México. No cometamos más crímenes en nombre de la modernidad. Evaluemos al educando, al magisterio, el contenido y el método; para ello es necesaria la participación social. Los padres de familia son los mejores aliados y garantes de una buena educación para los hijos. Todos deberíamos estar en el colmo de la indignación. Desde la Constitución de Apatzingán en 1814 se decretó que la educación debe ser fomentada con todo el poder del Estado. La educación y el combate a la pobreza con mejores empleos y buenos salarios deben ser las grandes prioridades nacionales. Estos son los tiempos de la educación de calidad. Las escuelas deben estar conectadas con la comunidad. Que la educación de calidad deje de ser el privilegio de unos cuantos y se convierta en derecho de todos

Otro drama. Los estudios de los jóvenes no tienen valor de cambio, de inserción social. La escuela no es opción, no les procura trabajo; la fuerza del desempleo está presente en muchos colectivos de jóvenes. Su único capital, su valor social es el riesgo, el cual intercambian por sobrevivencia, posición, reconocimiento. Los jóvenes no son como el proletario y el lumpen proletario, el ejército industrial de reserva ( Marx), son la reserva de la delincuencia en todas sus formas. De ahí que debamos incluir a los jóvenes como actores centrales en la agenda de prevención del delito como una prioridad de Estado. La violencia es, en buena medida, carencia de oportunidades y de una educación de calidad y de pertinencia, acorde con la dinámica económica y productiva del país. No deben existir escuelas buenas para la élite y malas para los pobres. Ya perdimos dolorosamente 11 años de nuestro bono demográfico. Hoy el número de mexicanos en edad de trabajar supera al de personas en edad no laborable (razón de dependencia demográfica), 51 personas en edad no laborable por cada 100 en edad de trabajar. En 2021 empezó a revertirse la tendencia y lo que hoy sigue siendo un bono demográfico se convertirá para 2030 en pagaré demográfico, que empieza ya a cobrar sus dividendos con el desempleo y el subempleo en una sociedad en paulatino proceso de envejecimiento. El llamado bono demográfico forma parte de los ciclos que se presentan en todos los países y que, en muchos de ellos, se implementan medidas imaginativas, audaces y consistentes para aprovecharlo, pues eso son, ciclos en el tiempo.

La educación de calidad define el destino de los pueblos. Hoy el desarrollo se mide no solo por el tamaño del PIB, sino por el número de computadoras personales y el acceso de la población a redes de información. El máximo valor es el conocimiento y su concentración puede llevar a disparidades aún más brutales que la propia concentración del ingreso en pocas manos. La educación es la piedra de toque del desarrollo y prosperidad de la nación, en Chiapas en particular. Es la gran industria del siglo 21 y no es un secreto, está en la nueva alfabetización, en la inteligencia digital, en redes sociales. La cultura en sentido lato debe ser la base de la República. Una educación basada en desarrollar el potencial individual, el pensamiento independiente y los valores humanísticos y democráticos.

Hagamos de México una modernidad con memoria, una eficacia con humanidad. Una educación para la convivencia, la democracia, la tolerancia, la igualdad de género, el bienestar familiar, la reconstrucción de la república. Empujemos para que la escuela no sea un factor de transmisión intergeneracional de la pobreza y conformar una sociedad basada en la exaltación del mérito.

Vamos a buscarnos, coincidir y decidir. Alimentemos la decisión, la pasión, la convicción. No hay tregua, no debe haberla: la calidad de la educación es un deber ético y un derecho humano. La educación es un derecho habilitante, condición sine qua non para conocer los deberes y derechos que imponen el vivir en una sociedad democrática.

En México de acuerdo con la OCDE (2018) había 663 mil jóvenes de 15 a 24 años. Buscaban trabajo, no lo encontraban. Para 2024, alrededor del 20% de los jóvenes mexicanos de 15 a 29 años no estudia ni trabaja, cuatro de cada diez personas desempleadas en México tienen entre 20 y 29 años, y si consideramos también a quienes tienen entre 15 y 19 años que son económicamente activos, se estima que más del 50% de los trabajadores ocupados en todo el país tienen menos de 30 años. Su desempleo es tres veces mayor que en población adulta. Los que están empleados, en gran parte lo están en la informalidad, sin los beneficios de ley. Dos de cada diez jóvenes de 15 a 29 años perciben menos de un salario mínimo al mes, en este 2025 se incrementó de manera importante. En mujeres son cuatro de cada diez que perciben menos de un salario mínimo al mes. Y México requiere generar 1.2 millones de empleos al año.

Indigentes de la educación. Son millones los jóvenes en esta condición. Son dolorosamente una generación perdida. Recordemos a Camus: “no se gana la justicia condenando a varias generaciones a la injusticia”. Son los analfabetos de este siglo incapaces de aprender y desaprender. Además, cada vez crece el número de jóvenes formados en universidades públicas y privadas, ocupados en trabajos muy distintos para lo que estudiaron. Bien lo dice Unamuno: “El mayor compromiso con el futuro es dárselo al presente”. Casi el 40% de los jóvenes egresados son incapaces de interpretar un texto básico ¡Qué drama! El sujeto de la economía debe ser el ser humano concreto y el objeto su bienestar, salud, educación, su dignidad. Ninguna gráfica o estadística debe apartarnos de esa meta. Mañana es siempre tarde.

Chiapas Puede. ERA ha puesto a la educación de calidad y a la cultura en lo más alto de las prioridades del gobierno, involucrando a toda la ciudadanía. Hay que subrayar que Chiapas tiene la población más joven del país, un bono demográfico dramáticamente subutilizado. No solo eso, como una fatalidad histórica no solo es el estado más pobre y con mayor indigencia, pues tan solo con el 4.3% de la población nacional aporta el 14.4% de los pobres extremos (un millón 580 mil), de un total nacional en esta condición de 11.7 millones de mexicanos. Seis de los diez municipios más pobres de México están en Chiapas. Es el estado educativamente más atrasado de México, con el mayor número de analfabetos y una escolaridad promedio de 7.8%. También con los peores índices de deserción escolar y eficiencia terminal. ¿Hasta cuándo? Otra herramienta eficaz es la llamada tetra hélice en una colaboración virtuosa: gobierno, academia, empresas y sociedad civil. Ya se advierten resultados con Chiapas Puede, y con visión estatal y regional y la participación de alumnos, maestros bien capacitados con las nuevas herramientas educativas, y los estímulos adecuados y padres de familia, mucho se avanzará en estos seis años. A finales de año se podrán advertir avances aún más significativos.

¿Por qué gastas tanto en educación? Porque la ignorancia cuesta más. Ángela Maerker.

P. D. Un hermano es todos los hermanos. Necesitamos ver un poco para poder aprender mucho.

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