El “güero” no tiene llenadera, hoy pretende otra vez vender caro su espejismo político. Amenaza con que el Verde se irá solo en 2027 y en 2030, como si tuviera con qué competir en 16 gubernaturas y en 5 años en la sucesión presidencial.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa
Manuel Velasco Coello no tiene llenadero. Siempre negociante, saqueador y embaucador profesional, hoy pretende otra vez vender caro su amor, su espejismo político. Ahora estratégicamente amenaza con que el Verde se irá solo en 2027 y en 2030, como si de veras tuviera con qué competir en 16 gubernaturas y en 5 años en la sucesión presidencial después de su ridículo como “corcholata”. Lo que hoy aflora es su estilo siempre visible, “petatear” para encarecer su precio en la mesa. Lo hizo con Peña Nieto cuando saqueó Chiapas con toda la venia presidencial porque se sabe que lo compartía a través del secretario de Hacienda, Luis Videgaray; lo repitió con Andrés Manuel López Obrador en San Luis Potosí, donde convirtió al Verde en un nido de negocios, y hoy quiere imponer condiciones a Claudia Sheinbaum. Tuvo siempre la complacencia del jefe del grupo Tabasco porque le funcionó la mano suelta del erario del pueblo al repartir dinero a siniestra desde el hermano de AMLO, Pío Lorenzo hasta los 3 millones de pesos que acomodó para la campaña y obtener impunidad repitiendo en el Senado, donde aún permanece.
La presidenta conoce al güero Velasco
Pero esta vez se llevará un portazo en las narices. La presidenta Sheinbaum no se deja seducir por politiqueros de saldo, y el güero Velasco está perfectamente identificado en su catálogo de artimañas. A Sheinbaum no le gusta su forma de hacer política y no va a pagarle ni ceder por sus amenazas de ruptura. Al igual que Adán Augusto López Hernández, Manuel Velasco puede estar en la antesala de la hecatombe de su carrera. El cálculo es vulgar: Velasco agita la bandera de la “independencia” del Verde para negociar San Luis Potosí como moneda de cambio. Pero ahí lo espera Rosa Icela Rodríguez, carta fuerte del obradorismo. Esa plaza no se rifará en la tómbola de los chantajes del ex gobernador de Chiapas y cofradía llámese Joege Emilio “niño verde” y Arturo Escobar, etc etc etc. Ya trascendió que tiene la mirada fija ahora en Nuevo León, sabedor de que en San Luis está “pelas”. Manuel Velasco “corchola ridicula” en el 2024, se acostumbró a vivir en la danza de los acuerdos político y económicos mediante contratos, candidaturas y blindaje. Así lo hizo en Chiapas y pretende seguir haciéndolo porque hago énfasis en que estira la liga, pero no la rompe. No es “tonto” para pelear con el poder; sólo asusta y petatea. Por eso ahora que busca reeditar la fórmula con Sheinbaum, podemos advertir que se equivoca: ya no hay Peña Nieto que lo apadrine ni López Obrador que le abra camino. El Verde, sin Morena, es un cascarón vacío. Y Manuel Velasco, sin negocios que vender, es solo un político acabado. Su tiempo se acaba. El chantaje ya no cotiza en la bolsa del poder y la 4T no está dispuesta a negociar con fantasmas. Lo que sigue no es el triunfo de sus marrullerías, sino la caída de un personaje que creyó que podía seguir saqueando al país de por vida.
Tarot y Adivinanza
Una evidencia de sus negocios en San Luis Potosí: su primo hermano ha tenido obras millonarias desde que inició ese sexenio … servidos.

			
			