Francisco Serrano pidió pasar del asistencialismo a proyectos productivos sostenibles. El contexto y el contrapunto.
Eric Ordóñez/Ultimátum
Durante su participación en La Entrevista, el maestro Francisco Serrano Montero analizó el primer informe del presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez, Ángel Torres Culebro, en el que se presentó una visión de “soluciones cumplidas” y una capital en progreso. Sin embargo, el entrevistado aseguró que la realidad cotidiana dista de esa narrativa.
“Cada quien visualiza de acuerdo a sus intereses”, expresó, al recordar que los ciudadanos tienen su propio criterio para juzgar la gestión municipal. Señaló que problemas como la basura acumulada, el cobro de espacios públicos y la falta de transparencia en las compras siguen siendo el sello de la administración.
Tuxtla, dijo, “no es la ciudad que pintan en los informes; la gente lo sabe porque lo vive todos los días”.
BASURA, SALUD Y REZAGO URBANO
Serrano Montero consideró que el manejo de los residuos sólidos refleja el abandono institucional. “No es posible que sigamos como si fuéramos zona rural, con camiones de tres toneladas que pasan después de tres días”, afirmó. La acumulación, la falta de rutas eficientes y el personal sin equipo de protección derivan en focos de infección y riesgos sanitarios que terminan generando gasto público y familiar.
Propuso que el municipio implemente un programa integral de reciclaje y aprovechamiento de residuos, con enfoque productivo y ambiental. “El problema de la basura no solo es de limpieza, también de salud, de educación y de gestión”, añadió.
RECAUDACIÓN CON PRESIÓN Y PUERTAS SELECTIVAS
Uno de los puntos más críticos fue la nueva política de recaudación. Según el exfuncionario, personal del municipio ha llegado a los domicilios con notificaciones exigiendo pagos inmediatos bajo amenaza de sanción, pese a que la ley permite convenios de hasta dos años.
“Es una forma de hostigamiento al ciudadano”, denunció, y calificó la estrategia como una manera de presionar para compensar deficiencias financieras.
También cuestionó que el discurso de “puertas abiertas” solo se aplique para simpatizantes cercanos. “Para los que difieren o cuestionan, no hay puertas abiertas”, lamentó.
ASISTENCIALISMO DISFRAZADO DE GOBIERNO
El entrevistado criticó la entrega de tinacos, láminas y apoyos financiados con recursos municipales, asegurando que muchos terminan revendidos o mal distribuidos. “No se trata de negar la ayuda, sino de usar los mecanismos correctos; hay programas federales y estatales para eso. El presupuesto local no puede usarse como botín político”, advirtió.
A su juicio, el municipio ha caído en una lógica asistencialista, heredada de los viejos esquemas del PRI, y no ha impulsado políticas de desarrollo sostenible o productivo.
TUXTLA NECESITA INDUSTRIA, NO CLIENTELISMO
Serrano propuso aprovechar el corredor entre Tuxtla y Chiapa de Corzo para desarrollar proyectos industriales sustentables. Sugirió crear una fábrica de paneles solares o empresas de reciclaje donde participen jóvenes egresados de la Universidad Politécnica de Chiapas.
“Tenemos talento, pero se está yendo a otros países. Si no generamos industria local, seguiremos dependiendo de las dádivas y los contratos”, sostuvo.
Recalcó que la ciudad debería pensarse como un polo de innovación, no como un municipio de reparto de beneficios.
EL RESPALDO DEL ESTADO
El exfuncionario reconoció que el gobierno estatal ha intervenido en rubros como seguridad, limpieza e infraestructura, compensando deficiencias municipales. “Si no fuera por ese apoyo, Tuxtla estaría en crisis”, dijo.
Mencionó la participación de la Fiscalía en tareas de seguridad y de la administración estatal en programas de saneamiento urbano, como ejemplos del rescate institucional que ha evitado el colapso de los servicios públicos.
RIESGOS PARA MORENA EN 2027
En el terreno político, Serrano advirtió que la mala gestión local puede costarle a Morena la presidencia municipal en 2027. Recordó que Tuxtla cuenta con cerca de medio millón de electores, pero solo se requiere alrededor de 100 mil votos para ganar.
“El voto en Tuxtla es reflexivo. Si se insiste en el asistencialismo, la ciudadanía lo cobrará en las urnas”, dijo. Señaló que los jóvenes representan gran parte del padrón y “no votan por dádivas, sino por proyectos que generen futuro”.
UN CASO PERSONAL Y UNA LECCIÓN INSTITUCIONAL
El entrevistado también habló de su demanda laboral tras haber sido removido sin explicación. “Me cerraron la oficina con notario, como si fuera propiedad privada”, narró. Dijo que el caso será resuelto en enero próximo y lo asume como una muestra del autoritarismo municipal que persigue a quienes se niegan a solapar irregularidades.
DE LA CRÍTICA A LA PROPUESTA
Para Serrano, Tuxtla Gutiérrez necesita romper con el ciclo del asistencialismo político y recuperar su potencial como ciudad moderna y productiva. Con más de mil millones de pesos de presupuesto anual, asegura que hay margen suficiente para invertir en movilidad, empleo y bienestar.
“El reto es que el ayuntamiento deje de pelear por padrones y empiece a creer en su gente. Los jóvenes pueden ser el motor de esta ciudad, no su público cautivo”, concluyó.
