Los nombres de Fernando Padilla Farfán y Ángel Lara, éste último alias el constructor consentido del caído Ángel Torres, suenan cada vez más fuerte en la mira de las carpetas judiciales que comienzan a armarse contra los empresarios del presunto saqueo.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
Ya estuvo bueno de fingir desmemoria. Los nombres de Fernando Padilla Farfán y Ángel Lara, éste último alias el constructor consentido del caído Ángel Torres, suenan cada vez más fuerte en la mira de las carpetas judiciales que comienzan a armarse contra los empresarios del presunto saqueo. El periodista Mario Maldonado, en El Universal, reiteró la cloaca de corrió que todos en Chiapas sabemos, pero que pocos le ponen nombre y apellido. Fernando Padilla Farfán, el empresario veracruzano que durante el sexenio pasado se convirtió en el zar de los contratos del sector salud. Bajo el cobijo de Adán Augusto López y su hermana Rosalinda (epd) que embrocaron al Cónsul Rutilio Escandon, tejió una red de empresas —FMedical, Aspen Construcciones, Línea Médica del Sur— que se llevaron más de dos mil millones de pesos en contratos del IMSS-Bienestar y del sistema de salud estatal. La historia fue descarada con Rutilio Escandón y con la complicidad del entonces secretario de Salud José “Pepe” Cruz, quien le abrió la puerta de par en par al saqueo. Desde la construcción del aeropuerto, pasando por el Centro de Almacenamiento y Distribución de Medicamentos e Insumos para la Salud “Chiapas de Corazón” que inauguró Adán Augusto López Hernández, hasta las compras infladas de equipamiento médico. Todo fue una piñata multimillonaria en la que el dinero público terminó en manos de los mismos de siempre. Facturas alteradas, sobreprecios, licitaciones amañadas y un silencio que hasta ahora huele de impunidad.
PEPE CRUZ Y ÁNGEL
“CAÍDO” SUS CÓMPLICES
Y como la corrupción es un negocio que extiende sus tentáculos hacia empresarios proclives, aparece en escena Ángel Lara Zúñiga, dueño de ALZ Construcciones S.A. de C.V. Denuncia el periodista Maldonado que en el gobierno de Escandón, ALZ recibió 14 contratos por más de mil 200 millones de pesos, convirtiéndose en una de las empresas más privilegiadas del sexenio. Lo curioso -y lo indignante- es que, pese al cambio de gobierno, Ángel Lara sigue operando desde el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez, amparado bajo la sombra de su posible viejo socio político Ángel Torres, el Caído, ex secretario de Obras Públicas del gobierno estatal y ahora alcalde de Tuxtla, aún sobreviviente de los escándalos. El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar, fue claro: “no habrá impunidad”. Los contratos de Padilla y Lara no son secretos. Están en los registros de obra pública, en los pagos autorizados por la Secretaría de Hacienda y en los convenios firmados por la Secretaría de Salud. La evidencia está ahí. Padilla Farfán no solo fue “el hombre más cercano a Adán Augusto”. Fue el rostro empresarial del desfalco al sistema de salud, mientras los hospitales de Chiapas se caían a pedazos, sin medicinas, sin médicos, sin dignidad. Y Ángel Lara, con su empresa ALZ, siguió la misma ruta del dinero fácil con las presuntas obras inconclusas, sobrevaluadas y asignadas a modo.
DE TAROT Y ADIVINANZA
Es hora que ambos estén declarando ante un juez.
¿Quién protege hoy a los empresarios del ayer?
El tiempo, empieza a correr. Ya lo verán… servidos.
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