Eduardo Ramírez Aguilar enfrentó con serenidad los recientes hechos de violencia registrados en Arriaga, Jiquipilas, Cintalapa, Ocozocoautla y Villaflores. Lejos del desasosiego, el mandatario mostró liderazgo y control político.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
El gobernador Eduardo Ramírez Aguilar ha demostrado que no se inmuta ni entra en desasosiego por una gestión de crisis, porque es un político seguro y maduro. Lo demostró con los recientes episodios de violencia no obstante al tamaño del desafío que heredó. En medio de operativos federales y estatales desplegados en Arriaga, Jiquipilas, Cintalapa, Ocozocoautla y Villaflores con bloqueos carreteros, vehículos incendiados y el habitual intento del crimen por sembrar terror, el gobernador como líder y estadista se mostró sereno, pleno, porque no hay motivos para alarmarse. Fue justo el lunes 13, fecha de su cumpleaños. Inició el día con un rostro alegre, incluso radiante ante un inconmensurable de felicitaciones. Mostró lo que pocos pueden en momentos de crisis, porque pierden el temple.
EN DESMANTELAMIENTO
DE REDES CRIMINALES
Mientras algunos se apresuraron a advertir que Chiapas habría regresado al infierno, creemos que lo ocurrido es parte de un proceso inevitable en el desmantelamiento de redes criminales que durante años operaron con absoluta complicidad e impunidad, particularmente en el gobierno de Rutilio Escandón. Recuperar el control territorial no es un acto inmediato, es una guerra y en esa guerra cada reacción violenta del crimen organizado es también prueba de que algo se les está arrebatando, o más bien que están perdiendo todo. No se logró, esta vez, la detención del principal generador de violencia en la zona, pero hubo resultados con personas detenidas, aseguramiento de ranchos, vehículos y armas según trascendió extraoficialmente. Fue, sin duda, un golpe letal por eso la reacción fue feroz y virulenta. Y aunque el operativo no cumplió su objetivo central, sí dejó un saldo positivo ante el desafío criminal, que más temprano que tarde recibirá otra intervención de las fuerzas de seguridad. Algo que preocupa es que podría estar bajo sospecha otra realidad incómoda respecto a que los generadores de violencia siguen recibiendo información desde dentro; es decir que siguen teniendo ojos y oídos incrustados en las estructuras de las corporaciones policiacas. Por eso es preciso continuar con la limpia en los tres niveles de gobierno.
DE TAROT Y ADIVINANZA
¿Cómo se explica que los “malosos” se hayan desplazado por varias carreteras sin ser detectados? ¿Quién les avisa? Falta mucho por hacer, sí, pero se ha avanzado, eso nadie lo puede negar respecto a la pacificación de Chiapas… Servidos.
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