Paz y educación en Chiapas. Natalio Hernández H.
José Adán Altúzar Figueroa/Ultimátum
El libro nació por iniciativa del Gobernador de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar, quien propuso abrir un espacio donde docentes, cronistas y familias pudieran compartir sus experiencias tras los años difíciles vividos con la COVID-19 y la inseguridad en diversos municipios.
Las historias reflejan tanto incertidumbre y miedo como la fortaleza que impulsa a las comunidades chiapanecas a reconstruirse y superar la adversidad. En dos conversatorios realizados en Comitán y San Cristóbal, las y los participantes transformaron el miedo en relatos, el dolor en palabras y el silencio en memoria, dando lugar a los textos que conforman *El camino de la paz en Chiapas*.
Cada relato mantiene la autenticidad de su autor o autora; no se corrigieron ni editaron, permitiendo escuchar la angustia, el sufrimiento y la pérdida de tranquilidad, pero también el deseo de sanar y la voluntad de imaginar y construir un futuro diferente.
*El camino de la paz en Chiapas* reúne voces institucionales, académicas y comunitarias para ofrecer una perspectiva profunda y humana sobre el proceso de pacificación en el estado. Mediante testimonios, análisis y reflexiones, la obra se convierte en un testimonio colectivo de los desafíos que enfrenta Chiapas mientras busca reconciliarse con sus pueblos y su historia reciente.
El Gobernador Eduardo Ramírez Aguilar presenta sus políticas y acciones para atender la inseguridad, junto con un diagnóstico inicial de la crisis social y los pasos dados para restablecer la paz. Asimismo, el periodista Sarelly Martínez Mendoza, académico destacado de la Universidad Autónoma de Chiapas, analiza los retos actuales y los esfuerzos para reabrir escuelas y recuperar espacios educativos, abriendo nuevos caminos hacia la paz.
Los testimonios recogidos en municipios como Amatenango del Valle, Chicomuselo, Chilón, Frontera Comalapa, La Concordia, Oxhuc y Pantelhó revelan cómo la pandemia y la violencia afectaron sus vidas, así como sus intentos por restaurar la paz y la convivencia diaria.
Historias marcadas por la incertidumbre y el temor, pero también, por la fuerza interior que impulsa a los pueblos de Chiapas a reconstruirse y a salir de la postración en que se encontraban.
En los testimonios se pueden percibir distintos momentos de angustia, de dolor, pero también, la búsqueda de la seguridad, a través de los títulos de sus textos, por ejemplo, “¡No levantes la cabeza, si no quieres que te dé un plomazo!”, “De un pueblo tranquilo a tierra de miedo”, “Historias que no deberían ser contadas”, “La guerra del poder en un pueblo sin ley” y “En busca de la esperanza”, por sólo mencionar algunos. Al final de los conversatorios y una vez que entregaron sus testimonios, varios expresaron: “Vencimos el miedo y la resistencia”; otros y otras comentaron: “Vamos a seguir escribiendo”.
ULTIMÁTUM
A 45 años de su partida, un viernes 19 de octubre de 1979 a las 7:30 de la noche. Adolfo Altúzar García es recordado como un hombre que, nacido en una cuna humilde, supo forjar su propio camino y desafiar el destino que parecía reservado para quienes carecen de todo. Lejos de resignarse, Adolfo trabajó incansablemente y, predicando siempre con el ejemplo, demostró con sus actos lícitos que es posible alcanzar metas que enorgullecen tanto a familiares como a quienes lo conocieron. Su vida se convirtió en un testimonio de perseverancia y rectitud, inspirando admiración dentro y fuera de su círculo cercano.
La sencillez y calidez humana de Don Adolfo eran evidentes en su trato cotidiano. Cualquier persona que se acercaba a él era recibida con respeto y amabilidad. Su respuesta solía ser: “¿En qué le puedo servirle jovencito?”, frase que reflejaba su disposición de ayudar y su actitud servicial, característica que le ganó el aprecio y reconocimiento de la comunidad.
Para Adolfo Altúzar García, la honra y la honestidad eran valores fundamentales que debía demostrar primero a sus padres, Alfonso Altúzar Loranca y Bernarda García Hernández. Ambos se sentían orgullosos del hombre fuerte y recio que, enfrentando cada reto que le presentaba la vida, mantenía intactos sus principios y dignidad.
La construcción de su familia comenzó con la unión junto al amor de su vida, Angélica Figueroa Cano. De esta relación surgió un núcleo familiar conformado por sus hijos: Rodolfo, Adolfo, Miguel Ángel, José Adán, Marvey, Hernando y Alfonso. Todos ellos, siete en total, son herederos de la cultura del esfuerzo y se sienten profundamente orgullosos de los valores transmitidos por sus padres. El legado de Adolfo Altúzar García vive en cada uno de sus descendientes, quienes continúan honrando su memoria a través de sus propias acciones. Por mi parte, siempre querido y recordado.
ULTIMÁTUM DOS
En el panorama previo al informe de Eduardo Ramírez Aguilar (ERA), la dinámica política se intensifica notablemente. Los embates y movimientos estratégicos entre diferentes actores políticos se hacen cada vez más visibles, reflejando la competencia y las aspiraciones que surgen en torno a los cargos dentro de la administración pública.
Una parte significativa de la tensión proviene de quienes consideran que sus vínculos personales, especialmente la “amistad”, les darán acceso directo a posiciones de alto nivel. No buscan cualquier puesto; su objetivo son los cargos de primer nivel, lo que genera expectativas y, en algunos casos, descontento entre aquellos que sienten merecer una oportunidad basada en relaciones previas.
Frente a este entorno de presión y expectativa, destaca la figura de ERA, apodado “el Jaguar”, quien se distingue por tomar decisiones firmes y definitivas. Lo relevante es que estas determinaciones las realiza sin la necesidad de consultar a terceros, mostrando así un liderazgo autónomo y resolutivo en el manejo de la administración pública.
ULTIMÁTUM TRES
La dificultad de gobernar un país convulsionado por la inseguridad y la corrupción ponen a la primera mujer Presidenta de México, Claudia Sheinbaum, por quien tengo gran simpatía por su condición de género, por su trayectoria académica y sentimiento socialista, ante la incertidumbre de romper con su antecesor. Por el momento, es cuánto.

