A CIEN AÑOS DE ROSARIO CASTELLANOS
Marco Antonio Orozco Zuarth/Ultimátum
“Porque si tú existieras tendría que existir yo también.”
“La soledad trazó su paisaje de escombros.”
Publicado por el Fondo de Cultura Económica en 1972, este libro reunió por primera vez toda la trayectoria poética de Castellanos.
En sus páginas se puede ver la evolución de una voz que empieza mirando hacia dentro y termina hablando hacia afuera, hacia el mundo. Al principio, los temas giran en torno al amor, la soledad y la memoria; pero con el paso del tiempo, la autora se abre a preocupaciones más amplias: la condición de las mujeres, la desigualdad, la identidad indígena y el lugar de México en su propia historia. Su obra traza un camino que parte de lo personal y desemboca en lo colectivo, pasando de la introspección al compromiso con los otros.
En sus primeros poemas, Castellanos parece hablar desde un lugar muy personal, pero esa mirada interior no busca escapar del mundo. Lo que hace es enfrentarse al dolor, a la memoria y a la falta de pertenencia. Hay en ella una búsqueda constante por entender quién es y de dónde viene. Esa sensación de no tener una patria del todo, de estar entre mundos, atraviesa su obra. Su poesía, desde muy temprano, no solo es estética, sino también ética: dice lo que otros callan, nombra lo que duele y le da espacio a lo que ha sido excluido.
El título del libro, Poesía no eres tú, resume muy bien ese espíritu. Rosario Castellanos dialoga con el verso clásico de Bécquer, pero lo invierte con ironía y firmeza, dándole un sentido totalmente opuesto. Con su negación, le está diciendo al lector —y sobre todo a la tradición— que la poesía no debe ser un espejo donde el hombre mira a la mujer como un ideal romántico o un objeto de inspiración. En cambio, la mujer aquí se convierte en sujeto, en la voz que escribe, que piensa, que crea. En su propuesta, La poesía deja de tratar a la mujer como figura decorativa para reconocerla como creadora que se nombra y se sostiene por sí misma.
Ese gesto de negar no es una simple provocación; es una afirmación de independencia. Castellanos rompe con la idea de que la mujer debe ser musa y no autora, belleza y no inteligencia, silencio y no palabra. “Tú no eres poesía” significa: la poesía no está en el ideal femenino que otros inventaron, sino en quien se atreve a mirar de frente la realidad y escribirla con su propia voz. En ese sentido, el libro no solo desafía una tradición literaria, sino también una forma de entender el mundo.
En cuanto al estilo, Rosario Castellanos logra un equilibrio admirable. A veces usa formas clásicas, otras veces verso libre, pero siempre mantiene una claridad que atraviesa. No busca adornar en exceso, sino decir con precisión. Su lenguaje es directo, intenso, sin barroquismos. Lo que importa es el sentido, la emoción verdadera detrás de cada palabra. Su escritura no pretende encerrarse en lo oscuro o en lo abstracto; por el contrario, busca una conexión directa con quien la lee. Cada imagen está puesta ahí con intención.
Con el paso de las páginas, la voz de Rosario se abre a las presencias que la rodean: mujeres silenciadas, comunidades indígenas y todo aquel que ha vivido al margen. Es como si comprendiera que su propio dolor no puede separarse del dolor colectivo. Esa apertura vuelve su poesía una forma de reparación moral, una manera de dar lugar a quienes habían sido ignorados. En lugar de hablar solo de sí misma, Rosario abre espacio a quienes no han tenido voz. Así, su poesía se vuelve también una forma de testimonio.
Un aspecto central del libro es la reflexión sobre el poder: quién lo tiene, quién puede hablar, quién ha sido silenciado. Castellanos explora estos temas a través de personajes femeninos que cargan con las contradicciones de su tiempo. Mujeres que son inteligentes, autónomas, trabajadoras, pero que deben cumplir con los roles que la sociedad les impone. En ellas se refleja el conflicto entre la obligación y el deseo, entre la obediencia y la libertad. La poeta, a través de esas figuras, demuestra que la mujer no es un ser pasivo ni decorativo, sino alguien capaz de pensar, decidir y crear su propio destino.
Por eso, Poesía no eres tú no es solo un libro para leer, sino para pensar. Su pregunta de fondo —¿qué es la poesía y para quién?— sigue teniendo fuerza hoy. Castellanos nos invita a dejar atrás la idea romántica de la poesía como refugio o evasión, y a entenderla como una forma de responsabilidad. Escribir, para ella, no era escapar del mundo, sino enfrentarlo. Para ella, escribir no es un lujo ni un adorno, sino una forma de participar activamente en el mundo y de nombrar lo que otros no nombran.
Al leer esta obra en la actualidad, se siente que su mensaje sigue siendo urgente. Seguimos habitando un mundo que silencia a muchos, un mundo donde ciertas verdades aún permanecen fuera de lo que se dice oficialmente.Rosario Castellanos nos enseña que escribir también puede ser un acto de resistencia y de amor. No un amor romántico y complaciente, sino un amor lúcido, consciente, que se atreve a mirar las heridas sin miedo.
El libro, además, tiene una estructura casi narrativa: parece contar el proceso de una mujer que empieza reconociendo su soledad y termina encontrando su voz. No abandona el “yo”, pero lo transforma. Ese yo ya no está encerrado en su propio dolor, sino que se abre al mundo y lo comprende. Al hacerlo, redefine lo que significa ser mujer y ser poeta en México. En una época en que las mujeres eran apartadas del discurso público, Castellanos consiguió que su palabra resonara con fuerza y legitimidad.
Al final, Poesía no eres tú es una declaración de independencia. Es la forma que encuentra Rosario Castellanos de decirle al mundo que la poesía no está en la imagen idealizada del amor, ni en la figura de la musa, sino en la palabra viva, en la conciencia, en la mirada crítica. Es un libro que sigue hablándonos porque no se conforma con la belleza: exige verdad, justicia y dignidad.
Leer Poesía no eres tú hoy es volver a escuchar esa voz que se niega a ser adorno y se convierte en creadora. Es recordar que la poesía, como la vida, no debe ser sumisión, sino acto de libertad. Rosario Castellanos nos deja una lección que sigue vigente: la poesía no eres tú… pero gracias a ella, tú puedes encontrar quién eres.
Fuente: Castellanos, R. (1972). Poesía no eres tú: Obra poética, 1948–1971. México: Fondo de Cultura Económica.
BALAZO
POESÍA NO ERES TÚ
Porque si tú existieras
tendría que existir yo también. Y eso es mentira.
Nada hay más que nosotros: la pareja,
los sexos conciliados en un hijo,
las dos cabezas juntas, pero no contemplándose
(para no convertir a nadie en un espejo)
sino mirando frente a sí, hacia el otro.
El otro: mediador, juez, equilibrio
entre opuestos, testigo,
nudo en el que se anuda lo que se había roto.
El otro, la mudez que pide voz
al que tiene la voz
y reclama el oído del que escucha.
El otro. Con el otro
la humanidad, el diálogo, la poesía, comienzan

