Sabines no tiene carta de buena conducta. AMLO le otorgó pasaporte diplomático, que es otra cosa.
TAROT POLÍTICO/Amet Samayoa Arce
Dicen que en política no hay sorpresas, sino sorprendidos. Y en el caso de Juan Sabines Guerrero, el mayor saqueador de las finanzas públicas en Chiapas, el desconcierto radica en la sospecha de su colocación en el gabinete de la presidenta Claudia Sheinbaum. Solo eso nos faltaría ante el desmoronamiento institucional por el crimen del alcalde de Uruapan Michoacán, Carlos Manzo. Se propala el runrún de que ahora que ha concluido su encargo diplomático podría aparecer con importante cargo en la Secretaría de Economía, bajo el cobijo de Marcelo Ebrard. La sola posibilidad resulta un agravio a la memoria y dignidad de los chiapanecos. La pregunta alarmada es, ¿si en verdad el secretario Ebrard continuará premiando a quien dejó a Chiapas hundido en una deuda que hasta hoy se sigue pagando con lágrimas presupuestales? ¿Fortalecerá a esa importante dependencia con piezas podridas del viejo sistema?
AMLO INICIÓ EL TRUEQUE DE “FAVORES”
Sabines no tiene carta de buena conducta. AMLO le otorgó pasaporte diplomático, que es otra cosa. Fue premiado con impunidad consular en Florida, tras haber invertido de forma nada transparente capital político pero sobre todo económico en el ascenso del tabasqueño a la presidencia. Ahí comenzó el trueque de favores. Ahí nació la traición al pueblo chiapaneco. Hoy, en medio de la reestructuración de esa deuda criminal que sumió a Chiapas en un barril sin fondo de más de 18 mil millones de pesos, vuelve a sonar el nombre del que no tiene llenadera. ¿Dónde la congruencia del “humanismo” tan cacareado por Morena? Porque si Sabines Guerrero es incorporado al equipo económico de este sexenio, Ebrard no solo decepcionará, confirmará que es igual de proclive a la ruindad y complicidad política. Se exhibirá de que para llegar, hay que pactar y, que al final, no se trata de cambiar las cosas, sino de repartir el botín entre los mismos. Mucho se ha dicho que Sabines y Ebrard son amigos. Pero si ese vínculo personal pesa más que la historia de corrupción, endeudamiento y quebranto que carga el exgobernador chiapaneco, entonces no hay futuro para la política honesta en este país. Los chiapanecos no olvidamos porque sabemos quién desfondó las arcas públicas. Sabemos que ese “criminal” fue Juan Sabines Guerrero.
DE TAROT Y ADIVINANZA
Ahora bien, prevalece la esperanza de que se trate de más espuma que verdad en relación a este nombramiento de marras. En el estilo calculador, de verborrea y ambiciosa alucinación característica de Sabines se cree que sea él quien se esté auto promoviéndose para ver si pega y si no despegado estaba… Servidos.
