El tiempo le dio la razón a la ciudadanía tuxtleca que luchó contra el ecocidio que pretendía realizar en los parques Caña Hueca, Joyyo Mayu y Tuchtlán el edil de la capital chiapaneca, Ángel Torres Culebro, cuando era titular de la Secretaría de Obras Públicas en el sexenio pasado, con la obra del “Circuito Interior”.
PUNTO DE FUGA/Alfredo Pacheco
“El tiempo pone todo en su lugar” es un dicho popular que refiere que, con el paso del tiempo, las situaciones se resuelven, las verdades se revelan y cada persona ocupa el lugar que le corresponde. El pasado miércoles fuimos testigos de ello.
El tiempo le dio la razón a la ciudadanía tuxtleca que luchó contra el ecocidio que pretendía realizar en los parques Caña Hueca, Joyyo Mayu y Tuchtlán el edil de la capital chiapaneca, Ángel Torres Culebro, cuando era titular de la Secretaría de Obras Públicas en el sexenio pasado, con la obra del “Circuito Interior”.
Los ciudadanos organizados lograron, mediante amparos, frenar el mamotreto que Torres Culebro pretendía construir en esa zona, sin importarle el gravísimo daño al ecosistema de la ciudad y a uno de los pocos pulmones que quedan en Tuxtla Gutiérrez, además de que habría costado más de 2 mil millones de pesos.
El pasado miércoles, el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar firmó el decreto de declaratoria de Área Natural Protegida, con la categoría de Centro Ecológico Recreativo “Los Pulmones de la Capital”, para proteger los parques Caña Hueca, Joyyo Mayu y Tuchtlán.
Con ese decreto, dichos parques estarán protegidos de las ocurrencias del abogado que pretende ser ingeniero, o de otros políticos de su clase, que en busca del famoso “diezmo” inventan obras para dilapidar el erario y buscan hacer construcciones a diestra y siniestra.
En el acto protocolario, el mandatario fue claro y contundente: “Con esto ya no se va a poder hacer un segundo piso, ¿verdad? No, ya no —dice—, ya se quedó el decreto y va a ser muy complicado que esto se lleve a cabo”, sentenció.
Asistí a la presentación de la obra del “Circuito Interior” que se llevó a cabo el 16 de febrero de 2023, a la cual acudieron vecinos de la zona de Caña Hueca, Joyyo Mayu y Tuchtlán, quienes cuestionaron a Torres Culebro sobre el daño ambiental que provocaría esa construcción, además del económico, toda vez que se tenía como referente lo que pasó con los comercios de las colonias aledañas al paso a desnivel de la Torre Chiapas. Entonces el Ángel Caído demostró su talante e iracundo increpó a los ciudadanos.
Lo que siguió fue que la ciudadanía se organizó, conformaron colectivos que marcharon y se ampararon, y afortunadamente lograron detener la obra que hubiera provocado un daño irreversible a la ciudad; esto, aun cuando Torres Culebro amenazaba con que “esa obra se iba a hacer porque se iba a hacer”, lo cual terminó por desnudarlo.
Posterior a esa batalla por los parques Caña Hueca, Joyyo Mayu y Tuchtlán, y al no poder imponer su voluntad, el Ángel Caído secuestró el Museo de la Ciudad, ya que algunos de los ciudadanos y activistas tenían vínculos con dicho espacio. Esto generó otra lucha, hasta que no tuvo de otra que entregarlo a la Fundación Fernando Castañón Gamboa, la cual lo tiene en comodato y actualmente se ocupa de restaurarlo para que vuelva la oferta cultural a Tuxtla Gutiérrez.
Finalmente, el tiempo puso todo en su lugar: se protegió a los parques como “Los Pulmones de la Capital” que son; se demostró que, organizados, los ciudadanos somos más fuertes que los autoritarios del Grupo Tabasco; y se exhibió la clase de político que es Ángel Torres.
PERSPECTIVA
Lamentablemente, se registraron tres feminicidios en lo que va de esta semana, justo en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Ya suman 30 en lo que va del año. Las colectivas han pedido a las autoridades que se apliquen sanciones ejemplares. Coincido con ellas: esperemos que cada feminicida pague con 100 años de cárcel, aunque ello no les devuelva la vida a sus víctimas.
¡Hasta la próxima!
