La educación es un acto de amor: Pablo Freire
Enriqueta Burelo/Ultimátum
Pablo Freire en su texto: La educación como practica de la libertad señala: “La educación es un acto de amor, y por esto un acto de coraje. No puede temer al debate. No puede rehuir la discusión creadora, so pena de ser una farsa. ¿Cómo se aprende a discutir y debatir con una educación que impone?”.
Coincido con Freire, cuando era una bebe de dos años, mi mamá tuvo la feliz ocurrencia de mandarme al jardín de niños con todo y nana, nunca le pregunte de que privilegios gozaba para que la dejaran hacer eso, el kínder estaba frente a la casa en Arriaga y creo que gracias a ello amo la educación, y si bien no soy maestra en el sentido estricto, si ejerzo el ser mentora con quien se deje y cruce en mi camino, el compartir el conocimiento adquirido es un gozo enorme.
Siempre hasta la fecha, estoy ávida de conocimientos, en especial las humanidades, no sé porque, las matemáticas nunca fueron mi fuerte, recuerdo que el examen de un mes fue la dichosa raíz cuadrada, lo que hice fue aprender los pasos con sumo cuidado y así logré pasar el examen y con diez, si había reglas que aprender, tengan por seguro que las matemáticas, me hacían los mandados.
Mi primer encuentro con Rubén Darío, fue a través de su conocido poema: Margarita, está linda la mar,
y el viento
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
A partir de este poema yo quise llamarme Margarita, y me porté como una bruja malvada, ya que le decía a mi abuelita, que por ella me habían puesto Maria Enriqueta, afortunadamente, la emoción por el nombre de Margarita, paso y hoy me siento con un nombre original, en mi vida me he encontrado con pocas Maria Enriquetas, y se han deshojado muchas margaritas.
El amor por la educación no tiene que ver con que estes en una escuela con todas las comodidades y el mejor equipo , me ha tocado recorrer escuelas en diversas partes del estado, donde maestros, padres de familia y alumnos han desarrollado una sinergia tal, que estos humildes centros escolares han tenido premios a nivel nacional por su aprovechamiento, asimismo, en la Facultad de Medicina de la UNACH han tenido los mas altos promedios alumnos y alumnas provenientes de escuelas de la sierra, en condiciones de pobreza extrema.
El dicho aquel “Mujer que sabe latín, no tiene marido ni tiene buen fin”, ya ha pasado a la historia, hoy que una mujer se eduque no es un impedimento para el casamiento, sin embargo, aquel viejo refrán de la abuela refleja creencias sexistas que están vigentes en la cultura mexicana y que pueden tener consecuencias negativas. Por una parte, afectan la posibilidad de que un número importante de mujeres universitarias, se enfrenten al dilema de elegir entre su carrera profesional y quedarse en casa. Por otra parte, algunos hombres educados se pierden la oportunidad de tener una pareja con un nivel educativo similar, con todos los beneficios que esto puede tener, y de formar una familia con mayores ingresos en donde ambos aporten al sustento familiar y la familia tenga mejor calidad de vida.
La educación es un derecho básico para todos los niños y las niñas y adolescentes, que les proporciona habilidades y conocimientos necesarios para desarrollarse como adultos y además les da herramientas para conocer y ejercer sus otros derechos.
En México, más 4 millones de niños, niñas y adolescentes no asisten a la escuela, mientras que 600 mil más están en riesgo de dejarla por diversos factores como la falta de recursos, la lejanía de las escuelas y la violencia. Además, los niños y niñas que sí van a la escuela tienen un aprovechamiento bajo de los contenidos impartidos en la educación básica obligatoria.
La UNESCO llamó a repensar la educación. Sin una educación de calidad, inclusiva y equitativa para todos y todas, y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niñas, niños, jóvenes y adultos.
Regresando a Freyre, la apuesta por la educación crítica como vía hacia una sociedad futura democrática. Así, con un carácter altamente elevado del concepto, atribuye un matiz profundamente humanista al mismo. A la vez, se encuentra un símil con la libertad en el sentido más puro, acariciada por el amor, la tolerancia y el ser en todo su contexto.
El autor entiende que el sujeto debe aprender a debatir, discutiendo y rompiendo con la pasividad que le es impuesta. De esta manera, “la educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor”
Finalmente concluimos nuestras reflexiones, sobre educar es amar, es amar porque la educación es un compromiso serio con la educación, en él se vierten ideas claras que se comprometen con una sociedad diferente en la que se lucha por los derechos humanos y en la que se trabaja por una sociedad que respeta las diferencias y procura el bienestar general.
Para educar es necesario conocer al que queremos educar y solo se conoce lo que se ama. de una persona.
Para educar es necesario conocer al que queremos educar y solo se conoce lo que se ama. Es fundamental dotar de afectos el proceso educativo como proceso destinado al desarrollo de una persona. El afecto dota a las situaciones de confianza, de un clima de seguridad y confianza que permite a los niños y niñas ser ellos mismos sin miedos, que les permite las condiciones necesarias para que el proceso sea Para educar es necesario conocer al que queremos educar y solo se conoce lo que se ama. Es fundamental dotar de afectos el proceso educativo como proceso destinado al desarrollo de una persona. El afecto dota a las situaciones de confianza, de un clima de seguridad y confianza que permite a los niños y niñas ser ellos mismos sin miedos, que les permite las condiciones necesarias para que el proceso sea óptimo.
Educar con amor, es la clave para la educación emocional, que no puede ni debe ir separada de ningún proceso educativo óptimo.
enriquetaburelomelgar@gmail.com
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