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COLABORACIÓN INVITADA

21 de marzo de 2023
in Opiniones
COLABORACIÓN INVITADA
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Revisar la historia, y la historia sigue ahí

Enriqueta Burelo Melgar/Ultimátum

En un texto escrito por Lorenzo Me­yer para la revista Vuelta, que resulta interesante revisar, el his­toriador señala una serie de puntos relevantes que hoy a la luz de otra época nos pa­recen no tener sentido, sin embargo, para los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña, la revolución mexi­cana presentaba un peligro para sus intereses que no coincidían del todo, desde el punto de vista del ministro británico, Owen St. Clair O Malley, el gobierno del Gene­ral Cárdenas en 1938, México había caído en un socialismo avanzado que podía llevar a la quiebra a la economía mexi­cana, y poner fin a su objetivo mismo la mejoría de las cla­ses trabajadoras. Esperaban lograr el apoyo de Estados Unidos, sin embargo, en esos momentos, los intereses de este país estaban enfocados en otros temas. En 1938 para este país, el enfoque no esta­ba en la industria petrolera sino la consolidación de una alianza interamericana ante el desmoronamiento siste­ma surgido a raíz de la paz de Versalles y la amenaza de una nueva conflagración.

Para Estados Unidos, gobernado por Franklin D. Roosevelt, México estaba en su derecho como nación soberana expropiar la indus­tria petrolera, su insistencia residía en el pago inmediato de la indemnización, la duda para los británicos residía en que, si no se había logrado que México pagara en su totalidad la indemnización a los ciudadanos británicos afectados por la Revolución, resultaría aún más complejo que nuestro país, pagara en 10 años la indemnización co­rrespondiente. Sin embargo, el gobierno de México insis­tió en que, si países con ma­yor capacidad económica no pagaban sus deudas a tiem­po, lo adecuado era la pro­puesta de pagar a 10 años, el resarcimiento por concepto de la expropiación petrolera. Y en el tema político, el país vecino le preocupaba que, si apoyaba la caída del Go­bierno de Cárdenas, podría arribar un gobierno de corte fascista que no convenia a sus intereses. El gobierno de México tomo la decisión de retirar a sus diplomáticos en Londres, ante ello, el gobier­no británico solicitó al de Es­tados Unidos que le llevará los asuntos mexicanos, pero este país declino, aduciendo que no deseaba que se pensa­rá que ambos países estaban en la misma posición frente a la expropiación, así que fue Finlandia y luego Holanda quienes se encargaron de las negociaciones, sin rom­per relaciones con nuestro gobierno. A Gran Bretaña le preocupó que esta acción del gobierno mexicano, fuera imitada por otros países.

Es en este contexto que el 18 de marzo de 1938, Cárde­nas dio su decreto por la ra­dio nacional. Pidió el apoyo de los ciudadanos para “sal­var al petróleo mexicano y el pisoteado honor nacional de México” a las 22.00 horas el presidente Lázaro Cárdenas del Río decretó la expropia­ción de las empresas petro­leras. El Gobierno se apropió legalmente de 17 compañías extranjeras que controlaban la industria. En su mensaje a la nación dejó claro que, conforme a la situación del país, de la industria y de los trabajadores, no existía otra opción; “habiendo quedado rotos los contratos de traba­jo entre las compañías y sus trabajadores, por haberlo así resuelto las autoridades del trabajo, de no ocupar el Gobierno las instalaciones de las compañías, vendría la paralización inmediata de la industria petrolera, ocasio­nando esto males incalcula­bles al resto de la industria y a la economía general del país”.

Los mexicanos salieron a celebrar a las calles con pancartas que apoyaban la decisión presidencial, se re­unieron 200.000 personas de manera espontánea en el Zócalo de la Ciudad de Mé­xico y llevaban toda clase de donaciones para cumplir con la indemnización correspon­diente que Cárdenas había pactado con las empresas extranjeras, 200,000 perso­nas movidas por el fervor na­cionalista y que llegan por su propio al Zócalo, representa una manifestación diferente a la que la que hoy se presen­ta, en la que la movilización es provocada.

Como paso siguiente se creó el Centro de Redención Económica Nacional y el Comité Femenino Nacional Propago de la Indemnización Petrolera. El 12 de abril se re­cibieron donativos en efecti­vo y en especie de ciudadanos de todos los estratos sociales y de todo tipo, “desde joyas hasta animales traídos de las granjas”, de acuerdo con el relato de Lorenzo Meyer.

Entre los papeles de mi abuelo Francisco J. Burelo Madrazo, quien fuera diputa­do federal y primer presiden­te del PRI en Chiapas cuando este cambia de nombre, en una carta dirigida Goberna­dor del Estado de Chiapas Efraín A. Gutiérrez, fechada abril de 1938, donde la infor­ma que a través de un giro te­legráfico le envío los recursos recolectados por el Comité a su cargo para redimir la deu­da petrolera en México. la cantidad ascendía a 316.00, modestas cooperaciones de 2, 5, 10, 3, pesos.

La estrategia del General Lázaro Cárdenas, de involu­crar a toda la población es con el objeto de que todos se sin­tieran participes de esta ges­ta nacionalista, en la que se había logrado arrebatar a los extranjeros, nuestro petróleo.

La reacción positiva que la población tuvo hacia la expropiación petrolera fue promovida en gran medida por el gobierno mediante un hábil manejo de un discurso patriótico y una maquinaria propagandística que abarcó desde manifestaciones públi­cas, discursos, imágenes, ri­tuales celebratorios, organi­zaciones de masas, e inclusive hasta la labor de profesores dentro y fuera de las escuelas. Si hubo importantes actos es­pontáneos de adhesión, pero aun existiendo estos, el go­bierno de Cárdenas sabía que debía trabajar en mantener e incrementar el entusiasmo y acallar las críticas para que el respaldo poblacional fue­ra constante y mantuviera a flote la nacionalización de la industria petrolera, incluso llegadas las consecuencias más críticas, como la presión extranjera, los boicots econó­micos o las protestas internas provenientes de los oposito­res al gobierno.

Hoy nuevamente el tema de la industria petrolera es retomado bajo las bases que en un momento sentó Cárde­nas, me parece oír las consig­nas de estudiantes y obreros que el 22 de marzo desfilaron por importantes vialidades de la ciudad de México y el día siguientes se realizó otra manifestación masiva orga­nizada por la CTM: Durante la marcha universitaria se cargaron en hombros cajas que simulaban ataúdes en los que se colocaron envases de artículos producidos por las petroleras extranjeras. El mensaje era claro y contun­dente: se declaraba la muerte de los intereses extranjeros sobre el petróleo mexicano. Los manifestantes llevaban pancartas en las que expresa­ban un incondicional apoyo al presidente y un tono pa­triótico (“Cárdenas adelante con la Revolución para seguir con la liberación de México”; “70,000 ferrocarrileros dis­puestos en cualquier mo­mento a respaldar a Cárdenas para que México sea solo de los mexicanos”). Otras más incluían mensajes de rechazo al imperialismo (“El pueblo de México no tolerará más humillaciones del imperia­lismo insolente”; “Contra los zarpazos del imperialismo, la unidad del pueblo mexi­cano”).

Hoy la historia se repite, retomando el discurso carde­nista, ya no son los imperialis­tas, pero si los conservadores, el motivo de las movilizacio­nes. Es necesario generar un enemigo para poder mover al pueblo, y también como el contrincante a vencer en las próximas elecciones.

enriquetaburelomelgar@gmail.com

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