Acusan a Migración de operar “cárceles”
Ricardo del Muro/Ultimátum
La muerte de 38 indocumentados durante un incendio en las instalaciones de la Estancia Provisional del Instituto Nacional de Migración (INM) en Ciudad Juárez, Chihuahua, ha sido una noticia que ha conmovido al mundo y provocó la condena generalizada de las organizaciones defensoras de los derechos de migrantes.
Reprocharon las condiciones “infrahumanas” de hacinamiento que prevalecen en las estaciones migratorias del INM, a las que calificaron como prisiones, y exigieron la renuncia de Francisco Garduño Yáñez al frente del Instituto.
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de un comunicado, señaló que la sobrepoblación y hacinamiento en las estancias son causadas por las numerosas detenciones que realiza el INM como resultado de políticas migratorias de contención enfocadas en la seguridad nacional, más no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes.
“No son albergues, son estaciones migratorias que en realidad operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular”, señaló la CEM.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) alertó desde 2019 sobre las “graves” condiciones en las que se encuentran los centros de detención migratoria del país, donde hay hacinamiento, acceso limitado a medicamentos, maltrato, burlas, extorsión, discriminación y falta de atención y servicios de salud a las personas detenidas.
De acuerdo con el órgano autónomo, estos lugares son estancias temporales en donde se aloja a personas cuando no pueden acreditar su estancia legal en México; sin embargo, aclaró que, pese a la narrativa gubernamental, la presentación de los extranjeros constituye una privación de la libertad.
“Por tanto, aunque se indique que las personas en contexto de migración han sido rescatadas, alojadas, presentadas, es claro que la detención migratoria es una privación de la libertad derivada de la condición de estancia no documentada en el país y ejecutada en recintos de detención que siguen patrones operativos y estructurales de centros de reclusión penal”, indica el reporte “Informe especial: Situación de las estaciones migratorias en México, hacia un nuevo modelo alternativo a la detención”.
Por ello, la CNDH recomienda a las autoridades federales realizar cambios en la política migratoria para no privar de la libertad a los migrantes, como si se tratara de delincuentes; cambiar el modelo carcelario, ya que los encierran bajo llave, así como tomar medidas indispensables para evitar el hacinamiento y la sobrepoblación en las estaciones migratorias y estancias provisionales del país.
Asimismo, se solicitó tomar medidas necesarias para garantizar el acceso al derecho, a la legalidad y a la seguridad jurídica de las personas en contexto de movilidad que se encuentran detenidas, además de disminuir sustancialmente o, en caso, eliminar los periodos de espera en detención para el estudio y determinación de la solicitud de la condición de refugiado, acorde a un nuevo modelo de atención migratoria.
Ante la tragedia de los migrantes, ocurrida la noche del pasado lunes, la primera reacción fue eludir responsabilidades y echar culpas. El presidente Andrés Manuel López Obrador culpó a migrantes de haber provocado el incendio de la estación del INM en Ciudad Juárez; el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en quien recaen las responsabilidades legales de las instituciones migratorias, señaló al canciller Marcelo Ebrad como el encargado de esa tarea. Y éste, a quien un decreto le transfirió la coordinación migratoria, pidió preguntar al INM por los trágicos hechos.
También se deslindó la gobernadora de Chihuahua, la panista María Eugenia Campos Galván, quien desestimó trasladarse a Ciudad Juárez para atender a las víctimas del incendio, con el argumento de que el caso es responsabilidad de la Federación. Lo mismo hizo el presidente municipal de Ciudad Juárez, el morenista Cruz Pérez Cuéllar, a pesar de que el solicitó el operativo para retirar a los migrantes de los cruceros viales de esa localidad y ha mantenido una política de endurecimiento en contra de las personas extranjeras.
Por su parte, el comisionado del INM, Francisco Garduño ha optado por guardar silencio. El miércoles en un breve comunicado, en su cuenta de Twitter lamentó el fallecimiento de las 39 personas migrantes extranjeras y ayer twitteó que “visita los hospitales locales para verificar el estado de salud de las personas migrantes hospitalizadas”.
Sin embargo, los senadores y diputados de oposición exigieron la renuncia del titular del INM, Francisco Garduño y exigieron una investigación exhaustiva para deslindar responsabilidades.
ricardodelmuros@hotmail.com
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