En las elecciones del domingo, no sólo estuvieron en juego las gubernaturas de Coahuila y el Estado de México, dos de los últimos bastiones del Partido Revolucionario Institucional (PRI), además de Durango, sino que sus resultados impactarán en la sucesión presidencial de 2024.
En las elecciones de este año, para intentar sobrevivir, el PRI tuvo que recurrir a formar alianzas con otros partidos, antiguos opositores, tal fue el caso de la coalición “Va por México”, formada por el PAN, PRI y PRD, mientras que Coahuila se convirtió en el “espejo negro de Morena”, como lo observó el periódico El País, al representar la “peor pesadilla” para el partido del presidente López Obrador, ya que no sólo se dividió a la militancia morenista, sino que al final, dos candidato optaron por la vía libre, mientras que las encuestas vaticinan el triunfo del priísta Manolo Jiménez.
Aunque la jornada electoral en el Estado de México se desarrollo en paz y con una elevada participación ciudadana, al cierre de las casillas en el Estado de México, ambas candidatas, la morenista Delfina Gómez y la priísta Alejandra del Moral, se declararon triunfadoras, aunque los resultados preliminares empezaron a fluir lentamente a partir de las 7 de la noche y ellas dijeron que esperarán los resultados definitivos.
Una actitud precavida y previsible, ya que el PRI no sólo está jugando una gubernatura sino su supervivencia como un partido político importante, para evitar que el Partido Acción Nacional (PAN) lleve el liderazgo de la coalición opositora en 2024.
Sin embargo, algunas encuestas de salida, dadas a conocer a las 18 horas, como la del periódico El Financiero, favorece a Delfina Gómez, candidata de la coalición Juntos Hacemos Historia (Morena, PT y PVEM) con una “ventaja importante” de al menos 18 puntos de diferencia sobre Alejandra del Moral, de la alianza Va por el Estado de México (PRI, PAN y PRD).
Es importante recordar que las encuestas de salida no son un método oficial, sino que se trata de un mecanismo que realizan diferentes encuestadores a las afueras de las casillas instaladas y que dan un parámetro sobre lo que se puede esperar de la jornada electoral. Los resultados oficiales será presentados por los institutos electorales.
En espera del desenlace, un dramático desenlace, en el Estado de México, hemos sido testigos de la decadencia y, tal parece, la agonía del PRI. Lejos han quedado los tiempos de la hegemonía priísta en el país. Uno a uno, han ido cayendo los bastiones del tricolor. Las morenistas Layda Sansores e Indira Vizcaíno ganaron en 2021 las gubernaturas de Campeche y Colima, mientras que otro morenista, Julio Ramón Menchaca, desde el 5 de septiembre de 2022, es el primer gobernador de Hidalgo en emanado del PRI. Hasta el domingo, el PRI gobernaba sólo tres entidades: Estado de México, Coahuila y Durango.
Ya en la elección de 2017 para la gubernatura del Estado de México, los priístas utilizaron todo tipo de recursos políticos y económicos para evitar que esa entidad cayera ante la ola morenista que encabezaba Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, Morena con su candidata Delfina Gómez, estuvo cerca de arrebatarle al tricolor su bastión, al quedar en segundo lugar, sólo 2.78 puntos porcentuales del priísta, Alfredo del Mazo.
Ahora, el PRI se juega más que una gubernatura. La victoria para Morena en el Estado de México, sede el mítico grupo Atlacomulco, podría significar la derrota anticipada de la alianza opositora en 2024, pero si el PRI retiene esa entidad, esto sería como un soplo de vida, que le permitiría reposicionarse e incluso ser quien defina la negociación de la candidatura presidencial en la alianza “Va por México” que tiene con el PAN y el PRD. RDM