Comedia recomendada para toda la familia
Alejandro Moguel/Ultimátum
Terminó vapuleada, chiveada e ignorada. Yeidckol Polevnski se quedó como el chinito, nomás milando. ¿Al cuarto para las doce quiso ser Corcholata? Morena ni la peló. El presidente, menos. Ni crea que el respetable se va a olvidar de cómo salió ella de la dirigencia de Morena en 2020. Su propio partido la denunció ante FGR por lavado de dinero y presunto daño patrimonial.
La ex dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional está acusada de haber pagado 395 millones de pesos a dos empresas inmobiliarias por servicios inexistentes. ¿Cómo dice el refrán? ¿Hay que ser cochi pero no tan trompudo? Pero no olvidéis: a los amigos, justicia y gracia. A los enemigos, justicia a secas.
GALIMATÍAS
¿Ustedes entendieron? Yo tampoco. El hasta ayer jueves secretario de Gobernación, Adán Augusto López informó que no “renunciará” al cargo, pero sí pidió al presidente López Obrador que lo releve a partir de este viernes 16 para iniciar su recorrido proselitista en un “un estado grande” del Pacífico. ¿Perdón? ¿What?, dijeran los vecinos del norte.
En su galimatías, añadió que “el camino para adelante no admite regreso, o como dicen en mi pueblo ya para atrás ni para tomar impulso”, dijo.
Algunos morenistas no saben siquiera hacer un juego inteligente de palabras. El diccionario dice que “renunciar” es abandonar voluntariamente una cosa que se posee o algo a lo que se tiene derecho. Eso debe hacerse por el sujeto pasivo, es decir, por él mismo. Es el subordinado.
En tanto que “relevo” significa sustitución de una persona o una cosa por otra. Esto tiene que hacerse, en este caso, por el sujeto activo, es decir, por su jefe. De tal manera que nadie le ha encontrado sentido a su supuesto juego de palabras.
¿O acaso, el presidente le pidió que no se vaya del todo de esa dependencia y que siga mandando a control remoto a quien quede en su lugar? A lo mejor sí. De todo pasa en la viña del señor.
Lo que falta es justamente eso. Si otra cosa no sucede, el presidente López Obrador presentará al nuevo titular de Gobernación en la conferencia mañanera de hoy viernes. Es una cartera que no puede ni debe estar acéfala ni un minuto. No importa quien sea. Conocer su nombre será noticia.
OTRA INCÓGNITA
¿Cuándo van a renunciar a sus cargos los ocho funcionarios federales, de distintos rangos, que ya pidieron permiso al presidente para ir a buscar otras posiciones de elección popular en 2024, entre quienes está el chiapaneco Zoé Robledo Aburto (su mirada está puesta en la gubernatura de Chiapas), según lo declaró él mismo en un video difundido en sus redes sociales el reciente miércoles?
López Obrador tiene bien calculados esos tiempos. Él ya les dijo o les dirá cuándo se irán. Si el tabasqueño tiene absolutamente controlada la sucesión presidencial, ya ni se diga la sucesión en los estados.
Este fin de semana volverá a ser de pronósticos reservados, como el anterior cuando nadie tenía certeza de lo que habría de ocurrir en el Consejo Nacional de Morena.
Existía incertidumbre de que habría una ruptura entre las cuatro corcholatas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, pero todo llegó planchado.
Todos salieron de la reunión felices y contentos, y en el transcurso de la semana, que estamos terminando, estuvieron ocurriendo los sucesos previstos: las renuncias y solicitudes de licencias de quienes se creen con la suficiente capacidad de competir en el proceso interno del partido guinda.
Marcelo Ebrard ha llevado la delantera. Él anunció una semana antes su salida de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Claudia Sheinbaum no tuvo otra que apechugar que su solicitud de licencia la haría efectiva hoy viernes, último día para hacerlo, según el acuerdo tomado por los aludidos en el Consejo del domingo pasado.
Manuel Velasco Coello, Gerardo Fernández Noroña y Ricardo Monreal escribieron con mucha calma sus solicitudes de licencia y todos aprovecharon para cobrar la última quincena, la de ayer 15 de junio, faltaba más, faltaba menos.
Adán Augusto López Hernández se mostró más sobrio. El viernes pasado, hace exactamente ocho días, esbozó, desde Chiapas, que muy seguramente esa sería la última vez que visitaba estas tierras como titular de la Segob. Y así será, porque no tiene de otra.
Al segundo y tercer lugar de las encuestas, que seguramente serán para él y para Marcelo, el presidente les dio el premio de consolación: senador y diputado federal y, por consiguiente, se convertirán en coordinadores de las fracciones parlamentarias de las nuevas camadas elegidas en el 2024.
Porque sigo pensando que el proceso interno de Morena es una jalada. Claudia va a ser candidata a la presidencia y también la ganadora de las elecciones del 2024 por obra y gracia del presidente López Obrador. Solamente los ingenuos creen que el tabasqueño va a aceptar los resultados reales de las encuestas que harán Morena y cuatro encuestadoras más elegidas por los contendientes. Todas esas empresas van a ser compradas para que obtengan el resultado que desee el principal inquilino de Palacio Nacional y le van a entregar el sobre con la leyenda: la que usted quería, señor presidente.
Los sustitutos de Monreal, de Manuel Velasco y de Noroña ya están previstos en la Constitución y en las reglas internas de las respectivas cámaras legislativas.
El ganador de la faena del zacatecano fue, por cierto, el chiapaneco Eduardo Ramírez Aguilar: ya es el mero mero de los senadores morenistas y es el alto jefe de todo el Senado: presidente de la Junta de Coordinación Política, el órgano de gobierno más poderoso de la Cámara Alta, por cierto. Es el que maneja la lana y encabeza las negociaciones de alto nivel. Es el que acaparará los reflectores nacionales también y, dicho por él mismo, esa posición fortalece su proyecto de buscar la gubernatura de Chiapas, llegado el momento.
alexmoguels@hotmail.com