No es pa’ vos compa
Susana Solís Esquinca/Ultimátum
Todos intentan subirse al barco de la gubernatura sea como sea, a un a costa de la burla expresada en memes o en una mesa de amigos, hasta los que han hecho su vida política en el vecino estado de Tabasco alzan la mano cuando son más conocidos allá que acá, abusando por supuesto de la cercana amistad. Es claro que la búsqueda es tirar para arriba para ver que pepenan abajo.
Hasta ahora, por más que se autopromocionen, solo hay dos claros candidatos y son por Morena, es decir, la apuesta es quien va abanderar al partido que ya la tiene ganada en Chiapas, ante una oposición desangelada y casi extinta.
Bien sabido es que la inclusión del exgobernador chiapaneco, Manuel Velasco en el team de las corcholatas es para negociar espacios, no dará para más, así que “la sorpresa” es mera narrativa esperanzadora para sus seguidores y claro, por ahí comenzarán a inventar encuestas o incluso pagarlas a modo, al gusto del cliente, para confundir al electorado que si no se han dado cuenta los políticos, son más listos que ellos.
La candidatura para la presidencia de la República y las nueve gubernaturas serán decididas por el presidente López Obrador y así se ajustarán las encuestas de Morena, guste o no. Quienes conocen al mandatario afirman que todas las negociaciones siempre son a su favor, si no, pregúntele a los Verdes y los Petistas que los ha relegado dándoles migajas para que no pierdan su registro y por ende las prerrogativas, es decir, usarlos para que lo sirven, darle votos a Morena en el Congreso de la Unión.
ENVEJECEN LAS IDEOLOGÍAS: NI IZQUIERDA NI DERECHA
Si algo hay que reconocerle al presidente López Obrador es que su proyecto personal para México ha sido tener al país en eterna narrativa política-electoral mediante la polarización y que le ha sido de gran utilidad para no hablar de los temas que en verdad duelen al país.
Sin embargo, lejos de que los discursos intimidatorios callaran o ablandaran las críticas, lo que ha logrado es despertar al otro tigre, la de una ciudadanía que antes vivía en su zona de confort hasta que sintieron los coletazos en carne propia.
Esta reacción de descontento coincidió con el nicho exponencial que son las redes sociales y así por ejemplo, la marcha denominada Marea Rosa confirmó que un pueblo enojado puede organizarse para primero, agarrar valor, y luego enfrentar al adversario; pero una ciudadanía que no se identifica tampoco con los partidos viejos o tradicionales, es decir, emergió una sociedad apartidista donde las ideologías se han desvanecido y cuyo sentido es simple y llanamente vivir mejor, como sea que cada quien interprete el sentido de vivir mejor.
Por ello, pese a su rechazo por los partidos políticos, esa ciudadanía esta dispuesta a apoyar a alguna alianza buscando más a la persona que les pueda representar porque ya no estamos en México por una lucha de izquierdas o derechas, sino es el momento de la sociedad, de las organizaciones que impondrán condiciones a los partidos si quieren en verdad seguir respirando en la política.
Los partidos se coaligan con quien les de votos, sin importar ideologías, ahí ve la alianza PRI,PAN, PRD, o lo más antinatura o contradictorio, Morena-Verde, el primero enarbola la lucha anticorrupción y el PVEM es visto como sinónimo de corrupción.
That’s All.
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