De pronósticos reservados
Amet Samayoa Arce/Ultimátum
La guerra sucia hacia el interior de Morena amenaza con llegar al extremo de llegar a pronósticos reservados. Nadie quita de la atmósfera sucesoria la interpretación de que los dos actores políticos más posicionados que aspiran el mismo cargo se mueven entre zancadillas y patadas por debajo de la mesa. Se aprecia que puede subir de tono las arremetidas tras el video grabado por el senador presidente de la Jucopo, Eduardo Ramírez Aguilar, a quien le publicaron una nota en un medio de comunicación nacional, en la que lo señalan como propietario de un penthouse que cuesta 22 millones de pesos.
El presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República se vio en la necesidad de aclarar que el inmueble no es de su propiedad, sino que alquila para poder vivir en la Ciudad de México y desempeñar las tareas que le fueron conferidas como representante popular. Esto, dijo, tiene que ver con Chiapas, porque prácticamente encabeza las preferencias y las simpatías, sin espectaculares ni pinta de bardas. “Sin embargo, hay quienes se sienten amenazados por este crecimiento. Sé de donde vienen estos ataques. Sé quiénes son y sé de donde salen los recursos que utilizan para desprestigiar nuestro movimiento y nuestro proyecto”, afirmó Eduardo Ramírez, a quien solamente le hizo falta dar el nombre de sus detractores para completar el mensaje.
¿POR QUÉ NO LO HIZO?
Esto amenaza con convertirse en una lucha campal, por lo que para quienes azuzan a los aspirantes a ser candidatos o candidatas de Morena al gobierno del estado, se les recomienda que no hagan caso al canto de las sirenas. Desafortunadamente en el nivel en el que se encuentran no hacen falta los gana gracia que, por quedar bien, son capaces de enfrentarlos entre sí y desviarlos del propósito fundamental que es contribuir a la consolidación del proyecto de la cuarta transformación de la vida pública de México.
Ese es el propósito en el que se encuentran, contribuir al plan de su presidente López Obrador, quien por cierto va a necesitar del apoyo de todos para mantener a su partido en la presidencia en 2024. Deben cerrar, entonces, sus oídos a los chismes de lavadero para no dividirse. Chiapas es una entidad en la que no hay oposición para el partido en el poder, hasta ahora. La lucha, al parecer, se dará hacia el interior de ese instituto político, en el que para lograr la candidatura al gobierno del estado en las elecciones de 2024, los aspirantes serán capaces hasta de picarse los ojos con tal de ver a sus “compañeros” derrotados.
Definitivamente tienen que reflexionar. Los adversarios son otros, no ellos mismos. Si así están las cosas en este momento en el que ni siquiera empieza la contienda interna para designar al abanderado del partido oficial en el estado, no nos queremos imaginar lo que va a pasar en el futuro inmediato. O sea, el año que viene, cuando se acerque el momento de las definiciones.
Esperamos que el enemigo de Morena no sean sus propios militantes, porque una vez que le tocan los intereses a alguien, aparece la ofensa y son capaces de aliarse hasta con cualquier demonio para hacer perder a quien debieran apoyar para ganar. Desafortunadamente así se ha escrito la historia de otros partidos, tales como el Revolucionario Institucional, en el que cuando empezaron las inconformidades porque eran muchos los que aspiraban al mismo cargo, generaron un efecto de implosión y hoy están a punto de desaparecer del mapa político de la entidad.
DE TAROT Y ADIVINANZA
¿Quién o quiénes ganan con la guerra sucia de las dos corcholatas más posicionadas en busca de la gubernatura de Chiapas?… Servidos.
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