Tras referir que la economía de México creció 3.6% en la primera mitad del año, a un ritmo más acelerado que el G20, excluyendo a China, India e Indonesia, Bank of America Securities (Bofa Securities) apuntó que el país pasa por una buena racha que sigue sorprendiendo y mejoró sus expectativas hacia el cierre de 2023 y 2024.
De acuerdo con la institución financiera, el comportamiento de la economia de México fue impulsado por los buenos resultados de Estados Unidos a lo largo de estos seis meses, a través del comercio entre ambas naciones y las remesas.
“El nearshoring, que ahora es visible en la inversión y el mercado laboral, y los grandes proyectos de infradestructura del presidente Andrés Manuel López Obrador (Refinería, Tren Maya, Tren Istmo y Aeropuerto de Tulum), ahora visibles en gasto público y en construcción”, afirmó la institución financiera.
En este sentido, el banco expuso que el fuerte crecimiento de ambos países, junto con la caída de la inflación, aumenta la probabilidad de un escenario de “aterrizaje suave” frenta a una recesion, mientras que las altas tasas de interés están desacelerando la actividad económica, pero menos de lo estimado anteriormente.
Este panorama favorable de la economía mexicana, se presenta en un momento coyuntural en que se ha adelantado la sucesión de 2024 y contrasta con otros aspectos en que ha fallado el proyecto de la Cuarta Transformación como seguridad, salud y educación, pero tampoco se ha llegado al fantasma venezolano que vaticinaban algunos profetas del desastre o la recesión postpandemia.
Entre los factores negativos que enfrenta la economía mexicana están la elevada inflación global y las elevadas tasas de interés bancarias. La primera es consecuencia de la invasión rusa a Ucrania que ha tenido implicaciones negativas en los precios de los energéticos y alimentos, así como los cuellos de botella en las cadenas de suministro causados por la pandemia del Covid-19. En lo que toca al endurecimiento de las condiciones financieras, la mayoría de los bancos centrales han encarecido el crédito para hacer frente a la inflación.
Sin embargo, hay factores positivos al crecimiento como la reubicación de cadenas de valor desde Asia hacia Norteamérica (nearshoring) que implica mayores flujos de inversión extranjera y generación de trabajos de calidad; además son menores las expecativas de que Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, entre en recesión este año.
En la más reciente encuesta del Banco de México, los analistas consideraron que el Producto Interno Bruto (PIB) de México subirá 2.5% este año, una mejora de 20 puntos base en su pronóstico. La expectativa para 2024 no sufrió cambios, al quedarse en 1.5 por ciento.
En el caso de la inflación (que ha sido el “coco” para México y el mundo durante varios meses), los especialistas pronosticaron que cerrará 2023 en 4.6 por ciento, número más bajo que el cálculo previo (4.6 Por ciento).
La inflación en México en junio, que se ubicó en 5.1 por ciento, estuvo debajo de la media de los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), de 5.7 por ciento, igualando la trayectoría decendente tanto en los precios de energéticos como de los alimentos en donde alcanzó el sexto nivel más bajo entre las 38 economías miembros del organismo.
La inflación en alimentos bajó a 7.7 por ciento desde 9.1 por ciento y se ubicó como la sexta más baja entre los países de la OCDE, debajo de Costa Rica, Corea, Israel, Estados Unidos y Suiza, en donde se ubicó en junio en 3.8, 4.2, 4.3, 4.6 y 5.1 por ciento, respectivamente. La inflación de alimentos de la OCDE en conjunto se desaceleró a 10.1 por ciento desde 10.9 por ciento en mayo, 26 países todavía la ubicaron arriba del 10 por ciento, según las estadísticas del organismo.
La inversión extranjera directa (IED) en México podría oscilar entre 35 mil y 40 mil millones de dólares en 2023, impulsada por el nearshoring, lo cual sería clave para que el PIB crezca 1%, estimó HSBC Research.
La institución financiera tiene una perspectiva económica positiva sobre el país para este año, debido a la solidez macroeconómica y la llegada de algunos catalizadores, como la superacion de los picos en la inflación y en las tasas de interés a nivel global y local, los cuales sentarán las bases para un posicionamiento de inversión más fuerte.
Por otra parte, el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al valor monetario de la canasta alimentaria (pobreza laboral) a nivel nacional mostró una disminución anual de 1.1 puntos porcentuales, entre el primer trimestre de 2022 y el primer trimestre de 2023, al pasar de 38.8% a 37.7%, respectivamente.