José Antonio Molina Farro/Ultimátum
“Hay que anteponer el amor patrio al amor propio”.
Adolfo Ruiz Cortines
Ni diatribas ni ditirambos. No de mi parte. Tengo más pasado que futuro. El título que encabeza esta columna está en la agenda de los interesados en la cosa pública. Se bajó Zoé o lo bajaron. Una discusión nada menor en el reino de las especulaciones, y donde decir la verdad, desde el poder, no es inherente al sistema político mexicano.
Va de anécdota. Un hijo del Gral. Gabriel Leyva Velázquez, ex gobernador de Sinaloa y ex Pte. del CEN del PRI, le preguntó a otro ex gobernador del mismo estado, don Leopoldo Sánchez Celis, el por qué su padre declinó la invitación del presidente a ser Secretario de la Defensa Nacional, optando en cambio por la gubernatura del estado. La respuesta, “Tú no sabes lo que significa para un apasionado de su tierra el gobernar a su estado”. El ex gobernador Patrocinio González Blanco Garrido me comentó, ya en su calidad de ex, y a principios de este gobierno, que veía en Zoé a un precandidato sólido a la presidencia de la república. “No solo por su preparación y talento sino por la cercanía con el presidente. Está en la mente y en el corazón de AMLO”.
Vamos a la primera suposición: se bajó.
“No dejaré ni mi casa ni mi causa en Chiapas… los chiapanecos lo entenderán”, dijo Zoé. En un artículo publicado en Milenio Zoé no descartó buscar la gubernatura, pero “en un futuro quizá”, porque en este momento tiene como prioridad consolidar el sistema IMSS Bienestar en el país. Un sistema de salud universal “que estará vigente durante los próximos 80 años”. Vaya, un reto de proporciones épicas. Así mismo, dijo, el declinar “ha sido la decisión más difícil de mi carrera, pero es la más correcta”. Es para él su desafío más grande. Y sí, quien puede dudar del enorme reto de universalizar los servicios de salud, seas o no derechohabiente del Seguro Social. Ha sido una añeja aspiración de los mexicanos en condición de pobreza y también de clase media, el acceso a servicios de salud dignos y eficientes, algo que ciertamente se ve muy muy lejos, sobre todo servicios de calidad y con medicamentos oportunos, más allá de los nobles propósitos. Hoy vemos a familias enteras comprometer su escaso patrimonio para dar a sus seres queridos la mejor atención médica y hospitalaria. Abundan los ejemplos, poca importancia tiene disminuir otras desigualdades si se carece de una vida sana y mejor. Al desaparecer el Seguro Popular, con todas sus deficiencias y en plena pandemia, sin ser sustituido por algo mejor, millones de personas quedaron en el desamparo. Qué decir de Chiapas, que pese a la loable reducción de la pobreza en una de sus dimensiones, es la entidad con la más alta incidencia de mortalidad infantil, desnutrición, morbilidad, insalubridad, carencia de agua potable y vulnerabilidad por fenómenos meteorológicos. En este contexto Zoé anunció hace meses que el IMSS construirá en Chiapas, con predios donados por el gobierno del estado, dos nuevos nosocomios, uno de tercer nivel, de carácter regional, de 260 camas en Tuxtla Gutiérrez, con una inversión de 2500 millones de pesos y 38 especialidades, para atender a derechohabientes de Chiapas, Oaxaca, Tabasco y Campeche. También anunció la construcción de otro hospital de segundo nivel en Comitán, con una capacidad proyectada de 60 espacios para Hospitalización, Cirugía General, Ginecología, Pediatría y Medicina Interna. Desconozco los avances. Hay algo muy destacable, en el corto plazo se preveía atender a población abierta, para la atención a embarazadas, parto, neoneonatos (hasta 28 días de nacidos) y puerperal (seis semanas de posparto), referidas al IMSS Bienestar. En etapas posteriores esta atención se extendería a todo tipo de enfermedades, también para población abierta. No solo eso, en aras de la transparencia y calidad de la obra, se convocaría a un comité ciudadano para acompañar todas las etapas de la construcción, mismas que deberán concluir en 2024. También desconozco los avances. Quiero pensar que su cabal ejecución es otra de las razones para la permanencia de Zoé. Llevar a la práctica los objetivos constitucionales de protección social de la salud sin distinción de la situación laboral de los mexicanos es tarea ciclópea. Sheinbaun dijo que “Zoé es un ejemplo que dentro de la Transformación se lucha por ideales”. Quien puede dudar que de ser Claudia la próxima presidenta, Zoé ocupará un papel de relevancia en el gabinete. Zoé, pues, se baja por congruencia y sentido de responsabilidad.
La otra cara. Lo bajaron por decisión unipersonal de AMLO, atendiendo a criterios de equidad de género, cálculo político o afectos personales. Las negociaciones con el partido Verde merecen renglón aparte y dan para mucho, sin implicar que haya un precandidato de este partido apoyado por AMLO. Solo recordar que va a necesitarlo, el presidente aun con el Verde hoy no tiene mayoría calificada, misma que necesitará para que prosperen sus tres iniciativas de reforma con proyecto de decreto, que el presidente presentará en septiembre de 2024, a saber, que la Guardia nacional pase a la Secretaría de la Defensa Nacional, que los Consejeros Electorales sean electos por consulta ciudadana, no tengan autonomía y se incorporen a la estructura del ejecutivo, y que los once ministros de la Suprema Corte sean designados a propuesta de: veinte del ejecutivo, veinte del poder judicial y veinte del Congreso, teniendo mayoría calificada es de suponer que los once saldrá de los veinte propuestos por el ejecutivo.
Ante este terremoto político electoral pareciera vano especular sobre quién será el candidato de Morena. Todo parece cantado a favor de Manuela Obrador Narváez. En el evento del sábado en el rancho La Terna, Zoé estuvo flanqueado por su esposa y la economista y diputada Manuela Obrador. No hay que ser expertos en semiótica y lectura de símbolos y de imágenes que tanto dicen. Ahí Manuela dijo que “el próximo año los vamos a representar dignamente”, “no vamos a permitir que los mismos saqueadores del erario estatal lleguen al poder en 2024”, “sería inmoral…dejar que venga gente que estuvo en un partido y que luego se pasa a otro y que luego ahora…” Por su parte, el presidente municipal de Tuxtla Gutiérrez Carlos Morales Vázquez, ocupó no sólo un lugar relevante en el presídium a un lado de la esposa de Zoé, sino que pronunció un discurso enérgico y vehemente sobre el significado del obradorismo, como sinónimo de triunfo en la lucha contra la desigualdad y ejemplo de solidaridad con quienes menos tienen. ¡No vamos a fallarle a Chiapas! Concluyó. Ni duda, Carlos Morales tiene la preparación, experiencia y buena fama pública para aspirar a un escaño en el Senado de la República. Es, incluso, una rara avis que ha concitado el reconocimiento y respeto de personalidades y colectivos no afines a Morena.
Por supuesto, con credenciales y todos los méritos hay políticos profesionales en Morena, como Eduardo Ramírez Aguilar, Plácido Humberto Morales Vázquez y Sasil de León Villard, afiliada a Morena en 2023. Y aunque “en política no hay que creer ni lo que sucedió”, creo, por todas las señales, que habrán de postergar sus legítimas aspiraciones. Por otros partidos despuntan de manera relevante Roberto Albores Gleason y Luis Armando Melgar, ambos políticos de larga data y compromiso con Chiapas. No más. Es insultante la promoción y el derroche de recursos de personajes que, con un currículum disminuido, pretendan gobernar el estado. Es quizá la anécdota del flechador, apuntar al sol para llegar a la luna.
jose_molinaf@yahoo.com.mx
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