La “banquetera” declaración del singular presidente del PRI sobre el posible desenlace del proceso del Frente Amplio no abona ni tantito para lo que parece ser un esfuerzo de cohesión democrática.
Pudiera ser que los números le sean adversos a Beatriz Paredes; sin embargo, la tlaxcalteca se ha metido en un proceso en el cual cree y que ha dicho que no piensa dejar, a pesar de que le estén tendiendo la cama.
Alito no solamente atomizó el proceso, sino que también provocó desaliento participativo para el domingo. Si algo fortalece al Frente es una participación alta, porque le da valor a la elección y, sobre todo, legitimidad a la ganadora.
La importancia de que las dos aspirantes lleguen hasta el final tiene que ver también con poder mostrar a la sociedad que la oposición aglutinada en el Frente está cohesionada, esto es lo que le otorgará legitimidad ciudadana.
El Frente no se desgasta con la elección, al contrario, se fortalece. A lo largo del proceso adelantado tuvo a sus aspirantes debatiendo y discutiendo, en algún sentido confrontados, a diferencia de las corcholatas que se la pasaron en algunos casos quejándose, pero sin debatir y sin que se conociera qué ven sin su indiscutido y abrumador líder.
La declaración de Alito en algún sentido empieza a cuestionar si vale la pena seguir todo el proceso, porque si las encuestas ya le son desfavorables a Beatriz, hecho que sorprende, porque no han pasado ni dos días de que se hayan empezado a aplicar, va marcando un desenlace del proceso. Muchos se preguntarán para qué participo si las cosas ya están definidas o aparentemente definidas.
Las declaraciones de Beatriz Paredes han logrado que el Frente no agache la cabeza y no termine haciendo anticlimático el proceso. La razón está en que ha planteado que no está dispuesta a bajarse y que lo que hay que hacer es esperar los resultados oficiales. Tuvo cuidado en no dar un raspón, el cual no hubiera estado nada mal, al máximo dirigente de su partido.
Si el resultado se va perfilando como lo muestran las encuestas, lo más importante para el Frente es llegar hasta el final en una competencia en donde se demuestre en el proceso y en los resultados la legitimidad.
Lo contrario va a llevar a darle espacio y argumentos a la narrativa mañanera que, si de algo le sirve, más en este caso que en muchos otros, es fustigar, señalar y deslegitimar a quien ha señalado el Presidente que es la candidata escogida por la mafia del poder, la cual aparece y desaparece.
Una parte de ella se dedica, bajo esta premisa, a buscar candidata y la otra, o quizá sea la misma, a ser asesora del inquilino de Palacio Nacional.
No se alcanza a apreciar a simple vista la utilidad de la “banquetera”. No queda claro qué busca el singular líder priista adelantándose a algo que por más que se prevea no se tienen elementos por ahora para confirmarlo. Si está jugando a dos o tres bandas en el Frente deben tener claridad para saber que lo que están enfrentando ahora lo van a acabar enfrentando a lo largo de todo el proceso electoral.
Estas situaciones confirman que el PRI no es del todo confiable. MC lo trae en la mira y no quiere por ningún motivo ser partícipe de la alianza por el tricolor, en esto Xóchitl no tiene que ver.
La enésima carta de Dante Delgado vuelve a dejar en claro su mirada del partido al que perteneció. Insiste en que MC debe ir solo suponemos sabe que esta decisión si a alguien beneficia es al Presidente.
Quizá la mirada de la oposición y MC sobre el gobierno son más diferentes de lo que parece, a pesar de que coincidan en lanzar todo tipo de críticas a la 4T.
Todos juegan y todos quieren jugar.