Ahora, en la más reciente jugada del rebelde Marcelo Ebrard, anunció que a partir del 18 de septiembre formalizará su Movimiento Político Nacional y como acto seguido, realizará una gira por todo el país para reencontrarse con aquellas personas que lo apoyan en su aspiración política por la Presidencia en 2024.
El ajedrez, dicen los maestros, consiste en última instancia en combinar jugadas. El ataque es efectivo cuando obliga al adversario a jugar a la defensiva. El austriaco Wilhelm Steinitz, primer campeón mundial de ajedrez en 1886, afirmaba que “sólo el jugador con la iniciativa tiene derecho a atacar”.
Y esto es lo que ha hecho Ebrard. Ha seguido las enseñanzas de dos viejos zorros marrulleros de la política, Manuel Camacho Solís y Andrés Manuel López Obrador. Del primero utilizó el recurso del “berrinche” y todo parece indicar que también aprendió de la terquedad de AMLO, por lo que ahora ya anunció la formación de un nuevo movimiento político.
De esta manera, no sólo ha logrado atraer la atención de los medios ante su posible renuncia a Morena, sino que cuestionó la designación de Claudia Sheinbaum, además de que provocó respuestas de sus opositores, incluyendo al presidente López Obrador y a Xóchitl Gálvez, respeto a la forma en que su dimisión alteraría el tablero político.
Así, la representante del Frente Amplio por México, reconoció que si Marcelo Ebrard se va de candidato presidencial con Movimiento Ciudadano, quitaría votos a los morenistas y a los frentistas.
“El tienen que tomar su decisión, primero con su equipo, ya no fue candidato independiente, tampoco la tiene fácil en Movimiento Ciudadano porque hay varios tiradores ahí, entonces a ver qué decide. ¿Le quita a los dos? Le quita a Morena y nos quita a nosotros, ¿y no gana él? Creo que no alcanza a ganar, la verdad”, afirmó Xóchitl.
En opinión de Héctor Aguilar Camín, una tercera candidatura, encabezada por Ebrard, quitaría votos a la oposición más que al oficialismo. “Pleitos aparte, reales o simulados, vista objetivamente, la ruptura de Ebrard amplía la cancha para las maniobras electorales del oficialismo, que, con Marcelo como candidato en MC; podría jugar en los terrenos de la oposición sin perder gran cosa en los terrenos de Morena y sus aliados”.
De acuerdo con el análisis de Aguilar Camín, esa tercera candidatura beneficiaría al Movimiento Ciudadano y a Morena, pero ¿qué ganaría Ebrard? Nada porque no sólo sería un candidato derrotado, sino que cargaría con el estigma de haber traicionado a Morena.
Creo que la jugada de Ebrard es diferente y está muy influenciada por la estrategia que López Obrador siguió para formar primero un movimiento disidente al interior del PRD y, posteriormente, después de dos derrotas en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, formar el Movimiento de Reconstrucción Nacional, (Morena) con el que ganó la presidencia en 2018.
La inconformidad de Ebrard se hizo evidente cuando desconoció los resultados de Morena que dieron como ganadora a Claudia Sheinbaum, por lo que exigió desde el pasado 6 de septiembre la reposición del proceso al argumentar una serie de irregularidades que, según sus palabras, fueron semejantes a las realizadas por el viejo PRI.
De esta manera, Ebrard ha llevado al terreno jurídico su batalla contra Morena y el proceso interno en que resultó elegida Sheinbaum; ha presentado ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de ese partido un recurso para reclamar la anulación y repetición de la encuesta interna.
Acudir a las instancias partidistas ha sido el primer paso en la estrategia jurídica de Ebrard. Si el órgano jurisdiccional del partido desecha su queja o resuelve en contra, el ex canciller podrá llevar el asunto al Tribunal Electoral Federal (TEPJF), que tendrá la última palabra.
Un segundo paso, anunciado ayer lunes por Ebrard, es la creación de su propio movimiento político, que se dará a conocer el próximo 18 de septiembre y, después, una gira nacional, que tendrá las características de una campaña política, hecha por un disidente pero no opositor morenista.
“A partir del 18 de septiembre vamos a organizar y formalizar nuestro movimiento político, seguimos siendo parte y compañeros de Morena (…) pero nosotros tenemos una causa”, explicó en su conferencia de prensa.
Esto, al parecer, es un ultimátum a Morena. Pero, antes de su posible renuncia, Ebrard mantendrá la iniciativa en este juego de ajedrez, atrayendo los reflectores de los medios y la atención de todos los actores políticos, incluyendo a su antiguo jefe, López Obrador. RDM