La oposición unida jamás será vencida
Eugenio Hernández Sasso/Ultimátum
A como van las cosas en el país, podríamos sospechar que la oposición unida tiene, si no todas, muchas posibilidades de ganar en 2024. Solo hace falta que se levante un liderazgo que anteponga el interés general por el personal o de partido para arrebatarle el gobierno a Morena el año que viene.
Es una realidad que el partido en el poder se fracturó después del proceso interno de selección de la coordinadora nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación, ya que Marcelo Ebrard en vez de levantarle la mano a su compañera de partido decidió revelar presuntas irregularidades que pusieron en evidencia el emblemático proceso inspirado por Andrés Manuel López Obrador desde la presidencia.
La oposición, como Frente Amplio por México (FAM), tiene posibilidades de ganar porque si Xóchitl Gálvez aprovecha su fenomenal irrupción como aspirante a la Presidencia de la República, y, con una buena propuesta logra convencer a todos aquellos que han permanecido en el letargo electoral, no habrá quien le objete el triunfo el próximo año.
Las estadísticas nos muestran que en 2018 Andrés Manuel López Obrador llegó a la primera magistratura de la nación con 30 millones 110 mil 327 sufragios, en tanto que Ricardo Anaya (PAN) obtuvo 12 millones 607 mil 779 papeletas y José Antonio Meade (PRI) 9 millones 288 mil 750.
Todos estos, sumados a los que obtuvieron candidatos de otros partidos, hacen un total de 56 millones 601 mil 874 votos que la ciudadanía emitió en 2018.
Sin embargo, la lista nominal actual registra 96 millones 815 mil 831 ciudadanos con credencial para votar para decidir quién será el futuro presidente de la república. Es decir, hay 40 millones 213 mil 937 personas que no han tenido interés por participar en las decisiones político electorales de México.
Ese es el mercado que debe conquistar la oposición. Habría que ver si estos más de 40 millones de ciudadanos son “fifís”, clase media, baja o alta, “aspiracionistas”, pobres o de plano viven en la miseria, además de conocer las necesidades de cada sector para ofrecerles una solución a sus problemas y llamar su atención.
La realidad es que miles, o tal vez millones de integrantes de esos grupos sociales están hartos de tanta mentira. Les mintió el viejo PRI por 70 años, los engañó el PAN durante 12 años y ahora Morena los traicionó en menos de un sexenio porque nada les cumplió y, en vez de combatir lo que López Obrador prometió, esas viejas malas mañas se fomentaron de manera más descarada que antaño, con los mismos políticos del pasado, investidos con la chaqueta vino tinto.
Desde la oposición, Alejandro Moreno Cárdenas ha hecho la lucha. Ya demostró valor, arrestos y disposición para enfrentar el poder. También mostró madurez al someter sus legítimas aspiraciones (para nadie es un secreto que también quería ser candidato de su partido a la presidencia) para dar paso a otras fuerzas y consolidar el FAM que ahora tiene preocupados a los hombres y mujeres del gobierno.
Moreno Cárdenas también dio muestra de respeto a la paridad de género y llevó a la competencia final a Beatriz Paredes, quien al final depuso su ambición para sumar esfuerzos a favor de Xóchitl Gálvez, lo que fortaleció aún más la virtual candidatura de la hidalguense que hasta unos meses atrás no figuraba como la mujer con posibilidades de poner nervioso al presidente López Obrador.
Sin embargo, hace falta que Alito, Xóchitl, cualquier otro líder del FAM o todos juntos busquen, dialoguen y convenzan a Enrique Alfaro y Luis Donaldo Colosio Riojas, para que se definan de una vez a respaldar públicamente al Frente y le dejen sólo el cascarón del Movimiento Ciudadano al esquirol Dante Delgado.
Asimismo, deben hacer lo mismo con Marcelo Ebrard, quien, por cierto, si no busca el apoyo de otras fuerzas políticas lo va a despezar Andrés Manuel López Obrador con la apertura de carpetas de investigación, aunque sean falsas, para que deponga su rebeldía y se someta al poder, como lo han hecho en los últimos tiempos varios gobernadores de la oposición que entregaron la plaza.
Es decir, si todas las fuerzas opositoras al mal gobierno de Morena se unen, junto con la ciudadanía frustrada por el engaño de López Obrador y los que de plano no han participado en elecciones anteriores, el triunfo estaría asegurado.
Es duro reconocerlo, pero definitivamente con los que pretenden estar al frente de la bancada de Morena en el Senado de la República y la Cámara de Diputados, el peligro de caer en una dictadura es latente.
Ahí tenemos como muestra el discurso de Gerardo Fernández Noroña en la reunión de sometimiento a Claudia Sheinbaum, en donde para quedar bien dijo que su mayor anhelo es convocar a un nuevo constituyente. ¿Dónde sucedió eso antes? ¿Cómo vive el pueblo en ese país?
Es hora de que los mexicanos dormidos, apáticos a las decisiones más importantes despierten, participen y garanticen la elección de otra persona que realmente represente los intereses del pueblo. Si se equivocan, que no sea con los mismos.
SASSÓN
Los conflictos sociales en Chiapas podrían entorpecer las encuestas para designar al candidato de Morena al gobierno del estado. El presidente López dice que no pasa nada en esa entidad, pero hay por lo menos nueve zonas donde se registran bloqueos y 14 con focos rojos por el alarmante crecimiento del crimen organizado.
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