En México a diario desaparecen cientos de personas de manera por demás misteriosa, o más bien, víctimas de grupos que se dedican a sembrar el terror a lo largo y ancho del país. En muchos de los casos no se vuelve a saber de ellos, en otros, ocurren casos como el sucedido en Nuevo León con la joven Debanhi Escobar: son encontrados sin vida.
Desafortunadamente las familias que se enfrentan al trago amargo de la desaparición de un familiar encuentran un sistema de búsqueda arcaico y vetusto. Para poder presentar la denuncia correspondiente y ser tomada oficialmente como desaparición tienen que pasar al menos 72 angustiosas horas, en las que cualquier situación puede ocurrir.
Nuestro país ha vivido durante los últimos 16 años una guerra entre el gobierno y los grupos delincuenciales que han costado la vida a miles de ciudadanos.
Por desgracia cuando una persona desaparece sus familiares se encuentran en la indefensión, jurídicamente las autoridades no pueden realizar absolutamente nada, porque el protocolo de búsqueda se activa hasta pasadas las 72 horas: lamentable.
Este tipo de situaciones nos demuestra la necesidad que existe de que se legisle en la materia, para que desde el primer momento en que una familia reporte la desaparición de alguien, las autoridades comiencen a realizar su trabajo, porque las primeras horas siempre serán cruciales y sobre todo, porque son vidas las que están en juego.
¿Se imaginan el dolor de cualquier persona al ver que un familiar ha desaparecido y que las autoridades procuradoras de Justicia no pueden actuar por protocolo? Sinceramente ha de ser una angustia.
Los legisladores deberían ponerse en los zapatos de los mexicanos de a pie, en aquellos que no cuentan con sistemas de seguridad que procuran la protección. Desgraciadamente quienes más padecen este tipo de acciones, son personas que no tienen acceso a contratar a guardias personales que los cuiden las 24 horas del día.
Insistimos se vuelve necesario realizar un cambio en la legislación y en los protocolos de búsqueda, nadie con un ápice de sentido común podría irse tan tranquilamente a su casa con la desesperación de ver que un familiar no ha regresado a casa.
Nuestras autoridades deberían ir pensando en renovar esa parte. Esto le corresponde al legislador porque las fiscalías de los estados no pueden reformar a chaleco. Deberían hacerlo pensando en los beneficios que el cambio de protocolo les traería a las víctimas.
En tiempos como los que vive México en los que la inseguridad está en cada esquina, es necesario que se realice un cambio, porque con ello se estaría pensando en modernizar la actuación de las fiscalías, además porque con eso se haría un combate frontal a las desapariciones que, por desgracia van en aumento día a día.
Una familia que sufre la desaparición de un ser querido y que aparte no se le puede iniciar un proceso de forma inmediata, sufre la revictimización, por desgracia las autoridades no están viendo la parte humana, si lo hicieran se ganaría el respeto ciudadano.