Hasta hoy permanecen viviendo en una bodega en la comunidad zapatista de Polhó, mientras los paramilitares se han apoderado de sus viviendas y parcelas
Gilberto Luna/UltimátumSAN PEDRO CHENALHÓ
En dos días se cumple un año de que habitantes del sector Santa Marta, municipio de San Pedro Chenalhó, fueron víctima de desplazamiento y la desaparición de cinco personas. Hasta hoy permanecen viviendo en una bodega en la comunidad zapatista de Polhó, mientras los paramilitares se han apoderado de sus viviendas y parcelas, y aún siguen operando en las carreteras y montañas del sector. Los más de 200 desplazados del sector Santa Marta, entre hombres, mujeres, personas de la tercera edad y menores, siguen sufriendo ante las bajas temperaturas que se registran en la región. Al respecto, Reynaldo Pérez Pérez, vocero de los desplazados, recordó que el 29 de septiembre de 2022 los paramilitares que operan en la región quemaron varias casas y vehículos, y hubo personas asesinadas, lesionados y muchos huyeron a las montañas.
Días después fueron apareciendo, pero desafortunadamente hasta la fecha actual continúan cinco desaparecidos. Por lo anterior, pidieron al gobierno resolver este tema y demandan retornar a sus viviendas, el pago de daños, presentación con vida de los desaparecidos y que la Fiscalía de Justicia Indígena investigue los hechos y se detenga a los responsables del disturbio que se registró en Santa Marta, pues a pesar de que existe una carpeta de investigación no han hecho nada. “No hay nada que festejar ni celebrar, sino que únicamente es exigir que se aplique el Estado de Derecho para que los responsables sean castigados, mientras los desplazados continuarán viviendo en la bodega en Polhó, pero exigimos también alimentación, ya que personal de Protección Civil entrega agua embotellada, arroz y frijol una vez al mes, pero lo más necesario es el maíz para que la gente pueda cocerlo y hacer el pozol, ya que esto es una costumbre que tiene cada indígena”, afirmó. Este viernes 29 se cumple un año de haber sido expulsados por el grupo paramilitar que opera en la región y recuerdan que ese día salieron de sus casas y permanecieron varios días refugiados en cuevas, en las montañas y en casas de familiares, con el temor de que podrían ser agredidos por el grupo paramilitar. A pesar de que se han reunido autoridades para buscar una solución a este grave problema, nada se ha hecho para remediar su situación.
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