“Democracia en México está en peligro: Felipe Calderón”
Rodolfo L. Chanona/Ultimátum
En el encuentro regional 2023 denominado “Desafío para el Desarrollo y el Progreso en América Latina” celebrado en República Dominicana, donde estuvieron presentes diversos exmandatarios de América Latina. El ex presidente Felipe Calderón en su participación, se lanzó contra el presidente Andrés Manuel López Obrador, señalando que “México está en peligro y es una democracia a punto de caer, considerando que es importante repetirlo una y otra vez”.
Expresando que en América Latina hay países que han retrocedido democráticamente y que uno de los países que más ha retrocedido, es México, ante el ataque constante del presidente de la República en contra de sus instituciones; exponiendo desde dicho foro que el Estado mexicano se está erigiendo ilegalmente y contra la Constitución con un aparato de poder y una maquinaria electoral, usando recursos públicos en la construcción y apoyo de la campaña de la candidata oficial del próximo Gobierno de México.
Lo expuesto por el exmandatario, coincide con lo que hemos venido siendo testigos en los últimos cinco años en el país, donde se han generado distintas conductas violatorias a la legislación electoral y una constante violencia verbal hacia las autoridades electorales desde el púlpito presidencial y el partido político oficial (MORENA), formándose constantes tensiones entre las reglas electorales, las autoridades y los actores políticos, poniéndose a prueba los límites y las reacciones de las autoridades electorales.
Dentro de algunos casos en particular que podemos señalar, está el famoso “Plan B”, cuya pretensión fue realizar una reforma electoral a modo, violando varios principios constitucionales, debilitando al Instituto Nacional Electoral (INE) y generando nuevas disposiciones que favorecía al partido oficialista; lo cual solamente bastaba con leer dicha reforma electoral para llegar a esa conclusión.
Otro caso, serían los procedimientos internos para elegir a los coordinadores para la defensa de la cuarta transformación, tanto nacional como locales; los cuales no fueron más que actos simulados de pre-campaña como en los viejos tiempos del PRI, inundando las ciudades de propaganda electoral no regulada, transgrediéndose flagrantemente la garantía constitucional de equidad en la contienda que debía prevalecer para las elecciones del 2024, aprovechándose de las lagunas de la ley.
Actos simulados en donde participaron personas funcionarias de distintos niveles, que van desde el presidente de la República, secretarios de Estado, titulares de ejecutivos locales, hasta llegar a los niveles de ayuntamientos y servidores de la nación.
A lo anterior podemos añadir, los embates presupuestales que han venido sufriendo las instituciones electorales por parte del Congreso, en donde la mayoría es morenista y actúa bajo instrucciones presidenciales; y que será recrudecido con el presupuesto contemplado para el próximo año, en atención a que la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública, recientemente aprobó en lo general y en lo particular, el dictamen de proyecto de presupuesto de egresos de la federación para el ejercicio fiscal 2024, donde contempla una disminución más al presupuesto del Instituto Nacional Electoral, por 5003 millones de pesos, representando un 13.2 % menos del presupuesto solicitado por esta autoridad electoral para el próximo año, en el que se celebrarán los comicios presidenciales; y en el caso del Poder Judicial de la Federación, se le aplica una reducción de 6,465 millones de pesos, impactando evidentemente en el Tribunal Electoral dentro del año de elecciones.
Por lo que ante estos y otros muchos actos, no es tan descabellado señalar, que estamos ante la presencia de un retroceso evolutivo del sistema democrático mexicano, el cual, se ha venido construyendo en los últimos 45 años a través del consenso por parte de las distintas fuerzas políticas, cuya finalidad ha sido siempre fortalecer el proceso democratizador, sustentándose principalmente en la construcción de un pluralismo político ante la hegemonía de un partido oficial que permaneció en el poder durante buena parte del siglo XX y que generó exclusión en la toma de decisiones de los distintos grupos políticos, activistas sociales y segmentos de la población; exclusión que hoy en día, estamos viendo resurgir.
Dicho proceso democratizador desarrollado a lo largo de los últimos años, logró la incorporación de vías y mecanismos de acceso para distintas fuerzas políticas y sociales que se encontraron excluidas con un partido hegemónico, en donde se introdujeron reglas de equidad en la competencia electoral, eliminando conductas, hechos, elementos y circunstancias de índole legal, partidista, institucional, gubernamental, empresarial, televisiva, radiofónica y ciudadana que distorsionaban las reglas del juego electoral a favor de un partido político o candidato en la contienda política-electoral.
Reglas de organización política que generaron certeza en la población y en la gobernabilidad del país, dotándoseles de credibilidad y legitimidad; por lo que esperamos no se llegue a perder en los próximos años, con lo que nos mantendremos atentos a ver que tanto resiste nuestra democracia mexicana, construida y consolidada a través de sus instituciones; y veremos hasta dónde el pueblo de México permite que se lacere las libertades y la institucionalidad democrática.