Por @FelipeEladioMx
“Perseguir, la lección nunca aprendida”
“En el Museo Memorial del Holocausto de los Estados Unidos está grabado este poema:
“Primero vinieron por los socialistas,
y yo no dije nada, porque yo no era socialista.
Luego vinieron por los sindicalistas,
y yo no dije nada, porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los judíos,
y yo no dije nada, porque yo no era judío.
Luego vinieron por mí,
y no quedó nadie para hablar por mí”.
El autor fue el pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892-1984), y fue dirigido como una flecha al corazón de los intelectuales alemanes, cuya cobardía –entre otros factores– permitió la llegada de los nazis al poder y sus pavorosas consecuencias”.
/Tomado de la red, con la autoría de Alfredo Serra.
ENTREMOS AL LABERINTO
La anterior cita histórica y muy actual, no necesita de mayor explicación; es un llamado a la reflexión, un espejo en el que no creo que nadie en su sano juicio quiera verse; descalificar el trabajo de uno u otro es fácil, dar la cara y plantear los problemas, las advertencias, los gritos a tiempo, no es tarea de malas personas, como apunta uno de los clásicos, Ryszard Kapuscinski; mi padre a la hora de votar, en ejercicios de consultas populares, siempre se formaba en la cola que había menos personas, y a veces ninguna; pese al respeto natural de padre a hijo, en una ocasión, con aproximadamente 15 años de edad, me atrevía a preguntarle el motivo de su sistemática actitud, en como era obvio, su “candidato” perdía; mi padre tenía sus letras, su valor, pero sobre todo un enorme criterio, y me respondió de tal manera, que esa clase pese a mi edad, 52 años, no se me ha olvidado nunca, “hay que equilibrar, hay que apoyar a los osados; pero lo más importante hijo, el que gane debe tener muy claro que no todos pensamos como él, y que aquí vamos a estar para ver que no abuse, para vigilarlo siempre”.
OSCURO PASADIZO
El país se polariza cada día más.
“Cuando la política real, la única en la que creo, es ejercida de manera fina y exquisita, se convierte en una delicia para el espectador y un deleite para el actor”, sostiene José Elías Romero Apis, autor del libro “El Jefe de la Banda”.
Estamos a tiempo, es posible; el mejor ejemplo nos lo acaba de dar el Presidente de la Primera Potencia Económica del Mundo, Joe Biden; quien luego de ESCUCHAR las múltiples críticas por las restricciones contra Cuba, ha reaccionado, a como reaccionan todos los jefes de estado que respetan la Ley y han sido electos por la vía democrática; por lo que ha ordenado levantar muchas restricciones sobre ese país, como nunca otro Presidente lo había hecho. Obviamente las reacciones en su favor no se han hecho esperar por parte de la comunidad internacional. falta mucho, pero se ha dado el primer paso; y si me apuran, debemos reconocer que MUCHO pudo tener que ver en esto la postura de nuestro Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador.
EL ATAJO
“Candil de la Calle”.
Mientras tanto en México, las respuesta parecen ser un poco erradas; la gente necesita combate al crimen, y el gobierno ordena no atacar, no perseguir, y muchos menos lesionar físicamente a los delincuentes, a los miembros del crimen organizado; el pueblo enfermo quiere medicinas, los niños, y la respuesta del gobierno es regalar a extranjeros servicios de salud que se les proporcionaran en México, y anuncia contratación de cientos de Doctores, argumentando que aquí no los hay capaces; el cambio climático OBLIGA a la preservación de la flora y la fauna, y el gobierno tala millones de arboles en aras del progreso y desarrollo basado en un proyecto de hace más de un siglo. Es a como escucho y leo lo está viendo el pueblo. Tengo mis propios datos, mi propio criterio, mis dudas sobre muchas descalificaciones del actual gobierno federal, pero también tengo una máxima que es del dominio público: “Si el pueblo dice que es de noche, la OBLIGACIÓN del Gobierno es encender las farolas”.
LA SALIDA
Como siempre, paso a desearles lo mejor de la vida; yo jamás le quito a nadie su sagrada comida; no corro, no grito, no empujo”; me lo enseñaron mis queridos maestros; y en la calle, que es la escuela más grande, aprendí que no hay enemigo pequeño. No hay que confiarse, de nada ni de nadie.
Excelente comentario