“Machete estate en tu vaína”
Susana Solís Esquinca/Ultimátum
Parece que el refrán anterior es equivalente a lo pronunciado por el senador Eduardo Ramírez Aguilar en su reciente evento con militantes del PVEM, donde dejó claro que no se cuelguen de él, ni anden hablando en su nombre o llevándolo como estampita si quieren acceder a un cargo popular.
Y lo dijo claro y fuerte: “No tengo deferencias, ni cariño por uno u otro candidato y me van a ver con todas y todos; este proyecto arrastrará socialmente a todas y todos y seré muy respetuoso de lo que el pueblo de Chiapas quiera. No tengo ningún compromiso con nadie, el único compromiso es con el pueblo de Chiapas, no va ser un gobierno de cuates, aspiro a quedar en la historia de Chiapas, esa es mi mayor aspiración, y la única bandera para lograrlo es que me acompañe gente decente, gente honrada, para servirle a Chiapas”.
Es natural que todo político cuando accede al poder se rodee de la gente que considere cercana, de probada lealtad y capacidad; sin embargo, en tiempos difíciles como será la elección de 2024, se privilegia la prudencia y la inteligencia. Morena no la tiene fácil como hacen creer las encuestas a modo cuyo único fin es influir en la percepción de que “el arroz ya se coció”; sin embargo, el partido guinda la tiene complicada en el norte y el centro, no así en el sur-sureste donde la obligación de quienes contenderán a las gubernaturas deben sumar muchos más votos que los que se obtuvo cuando ganó Andrés Manuel López Obrador.
El mismo Ramírez Aguilar es el resultado de esta tesis pragmática. No era el favorito de Morena pero es el único que garantiza obtener más de un millón de votos para Claudia Sheinbaum que son muy necesarios para contrarrestar los que se van a perder en la otra mitad del País.
Y en esta lógica, es previsible que Morena privilegiará las encuestas y se decantará por quienes les sumen más votos. Finalmente lo complicado de la elección hará que efectivamente no haya territorios cedidos a cuates o parientes, sino que tendrán que ganárselo a través de lo que hayan construido en su historia política. No habrá grupos políticos favorecidos aunque “se las deban”, ni siquiera de premio de consolación, porque lo que se está jugando es pasar de una mediana a una muy alta votación para lograr un triunfo contundente e incluso arrasador y eso, se sabe, el potencial de sufragios está en el sureste del país.
Esta realidad lo tiene muy claro el coordinador del Comité de Defensa de la 4T en Chiapas, que se ha avocado a sumar todos los liderazgos posibles -sean o no de su agrado-, porque sabe que cada suma cuenta y mucho, claro, de cara al 2024.
That’s All.
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