Pareciera que López Obrador no sólo tiene “otros datos”, sino que vive una realidad alterna. Dice que las protestas de los transportistas tienen un propósito politiquero.
Pareciera que el Presidente no sólo tiene “otros datos”, sino que vive una realidad alterna. Dice que las protestas de los transportistas tienen un propósito politiquero.
“Es para generarnos conflictos. No hay problema que no se haya atendido. No podemos dejarnos chantajear… es plan con maña”, aseguró en la mañanera. ¿En serio?
Los asaltos en las carreteras, la quema de unidades, los asesinatos de choferes, las extorsiones y las golpizas que les propinan están documentadas. Lo vemos noche tras noche en los noticieros.
No, señor Presidente, no es un chantaje. El hartazgo por la violencia no es un invento de “los medios convencionales” que usted detesta. Es una realidad que lacera y enluta a muchos hogares mexicanos.
Los transportistas están hartos de esa inseguridad. El caos que provocaron ayer en autopistas y carreteras es un aviso de la parálisis que pueden llegar a provocar en la República si el gobierno no atiende su inconformidad.
Bloquearon las autopistas México-Querétaro, México-Cuernavaca, México-Puebla y México-Pachuca. Hubo acciones similares en carreteras de otras 13 entidades del país. Esta vez levantaron el paro seis horas y media después de iniciarlo. La próxima quién sabe.
* Un hombre que conoce bien el tema es Elías Dip Ramé. Es presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (Conatram), organización que agrupa al mayor número de transportistas.
Por años ha lidiado con diferentes gobiernos en distintas mesas de diálogo. No se ha avanzado mucho. Su experiencia la sintetiza en seis palabras: “Sí, muchas atenciones, pero puro rollo…”.
“¿Para qué queremos mesas de trabajo?”, se pregunta.
Él mismo responde: “No nos llevan a nada. La mejor mesa de trabajo está en la carretera, que haya vigilancia. ¿Dónde están los 100 mil elementos de la Guardia Nacional?”, vuelve a cuestionar.
López Obrador presume que la GN ya tiene casi 129 mil elementos. Qué bueno, pero ¿y los resultados cuándo? Ya es un axioma que este sexenio es el más sangriento de la historia moderna de México.
El dirigente de los “hombres camión” dice que los transportistas sufren un promedio de entre 30 y 40 asaltos diarios. Se llevan las unidades, la mercancía. Hay secuestros, extorsiones. “Sólo en esta semana hay reporte de tres asesinatos”, subraya el presidente de la Conatram.
El hombre relata que alguna vez tuvo una reunión con la plana mayor de la Guardia Nacional y de la Sedena. Les hizo ver las necesidades que requería el transporte para tener mayor movilidad y seguridad.
Les dijo que en tramos de 200 kilómetros en carreteras importantes no se ven patrullas. No les gustó.
Dip nos dijo más: “Tenemos un accidente y la Guardia Nacional llega horas después, porque no tienen elementos. Lo más grave es que muchos de ellos desconocen por completo lo que hacía la Policía Federal. Dicen que era mala la Policía Federal. Esto es peor”, aseguró.
—Ante el caudal de violencia que sufren los transportistas, ¿qué prevé?, ¿un paro nacional total?, preguntamos.
—No precisamente un paro total del país, pero sí un 70% de los puntos importantes y de esa forma se para el país, respondió.
* Ayer fue asesinado a balazos en Misantla, Veracruz, el aspirante a diputado local por Morena y director de Política y Gobierno de ese ayuntamiento, Manuel Hernández.
En Taxco, Guerrero, el alcalde Mario Figueroa Alarcón sufrió un atentado del que salió ileso. En el ataque murió uno de sus agresores.
Pero usted no se preocupe. López Obrador ya dijo que el problema de la violencia “se está atendiendo” y que México es un país “pacífico”.
Los obispos de Guerrero no están de acuerdo con el Presidente. Ya todo México sabe que se reunieron, por separado, con líderes de los grupos delincuenciales en la entidad, para buscar, sin éxito, una tregua.
López Obrador avaló esos encuentros. “Lo veo muy bien, creo que todos tenemos que contribuir a conseguir la paz”, dijo en la mañanera. Aunque admitió: “Desde luego, la responsabilidad de garantizar la paz y la tranquilidad es del Estado”.
Xóchitl Gálvez, en cambio, considera “muy peligroso” para los obispos y para todos los guerrerenses que haya necesidad de sentarse con delincuentes para negociar una tregua. “Es una pena que hoy la Iglesia tenga que negociar con el crimen organizado, ya que ellos son, de facto, la autoridad en Guerrero. En lugar de sentarse con la autoridad, (los obispos) tienen que sentarse con los delincuentes a pedirles una pacificación.
“Me parece increíble que el Presidente diga que está de acuerdo, cuando él tiene que asumir su responsabilidad como jefe del Estado mexicano. Yo no digo que los agarre a balazos, pero que se ponga a trabajar, en lugar de estarse metiendo a las campañas políticas”, puntualizó.