Claudia dejó en claro que continuará con el legado de Andrés Manuel López Obrador; Xóchitl elevó su apuesta contra el crimen y Máynez se subió a su fosfobús, según él, contra “la vieja política”.
✍?Alejandro Moguel
Es más fácil criticar una acción cuando ya ha transcurrido algo de tiempo de haber ocurrido. Creo que eso se puede hacer con mayor claridad ahora, tres días después de haber iniciado las campañas presidenciales.
Los tres principales aspirantes siguen apostándole al viejo y anquilosado estilo de “mostrar músculo”, llenando plazas de gente acarreada, algo que hoy ya no funciona.
Claudia dejó en claro que continuará con el legado de Andrés Manuel López Obrador; Xóchitl elevó su apuesta contra el crimen y Máynez se subió a su fosfobús, según él, contra “la vieja política”.
Nada que se pueda calificar como novedoso. Ni Claudia Sheinbaum, ni Xóchitl Gálvez y mucho menos Jorge Álvarez Maynez, dejaron fluir ideas que atraparan el interés de los mexicanos.
No se vio la intención de insertar en sus discursos algo novedoso y tampoco un contenido que despertara en grande las emociones de los potenciales electores.
Se notó en forma clara que la candidata de la coalición Juntos seguiremos haciendo historia quiere “seguir”, pero repitiendo el esquema de su principal padrino político e impulsor, Andrés Manuel López Obrador, ese proyecto de autoritarismo y de intentos de establecer un gobierno dictatorial que millones de mexicanos rechazan.
Sheinbaum propone cancelar la reelección en cargos de elección popular, poner un satélite mexicano en órbita y construir al menos 10 plantas de reciclaje de basura. ¿Con qué se come todo eso?, se habrán de preguntar millones de mexicanos que hayan leído esos planteamientos. Sin embargo, la mayoría de sus 100 compromisos constituyen una continuación de las políticas implementadas por López Obrador.
Por su parte, Gálvez ha prometido impulsar una agencia binacional de aduanas con la colaboración de Estados Unidos de América (EU), homologar los salarios de policías locales en 20 mil pesos, crear un Fondo Nacional de Víctimas y firmó sus compromisos con sangre y ante un Notario Público. Con eso quiso alentar el lado emocional de la gente, pero tampoco lo logró. Hace falta mucho más que eso para despertar el interés de los mexicanos, quienes ya han perdido la capacidad de asombro. Se antoja un descomunal reto.
En tanto, que Jorge Álvarez Maynez presentó temas genéricos, casi accesorios, y se aventó la puntada de que le apostará al modelo de cero tolerancia de Nayib Bukele de El Salvador.
Xóchitl Gálvez se fue a un tema coyuntural. Cuestionó que la abanderada de Morena, Claudia Sheinbaum haya retomado, en sus 100 puntos de proyecto de nación, los programas sociales que la actual administración quitó. “Habla de recuperar las escuelas de tiempo completo. ¿Por qué no abrió la boca cuando las quitaron? Habla de apoyar a los pueblos indígenas. ¿Por qué no abrió la boca cuando les quitaron el programa de infraestructura? Habla de cuidar a los niños. ¿Por qué no abrió la boca cuando quitaron el programa de infraestructura?”, entre otras interrogantes.
Además de dignificar las condiciones laborales de las fuerzas de seguridad y pacificar el país, Álvarez Maynez anda copiando el modelo de Mando Civil implementado en Nuevo León y plagiando también el modelo de cero tolerancia de El Salvador.
Seguramente, las dos principales candidatas a la presidencia irán reacomodando en el camino sus estrategias, pero el arranque de sus campañas de proselitismo estuvo muy frío, parco, desabrido.
alexmoguels@hotmail.com
