El audio que circuló en redes sociales, en el que presuntamente Alejandro Moreno Cárdenas, líder nacional del PRI, comentó que “a los periodistas no hay que matarlos a balazos, papá, hay que matarlos de hambre”, podría tomarse como un dicho, pero los hechos delatan que el ejecutor de esta frase es el gobierno de Morena.
Para los tabasqueños que conocen a Andrés Manuel López Obrador no es difícil identificar que es enemigo acérrimo de los medios de comunicación, sobre todo de aquellos que critican sus malas acciones.
Desde que fue opositor en su estado natal, desde su militancia en el PRD, buscó enfrentar a la sociedad con los periodistas porque no lo ensalzaban como él quería.
Cuando llegó a la presidencia de la república no tenía por qué ser diferente y empezó el ataque sistemático hacia los comunicadores, además de estrangularlos financieramente al negarles convenios publicitarios a los que legalmente tienen derecho las empresas dedicadas a este rubro.
Pero veamos estas cifras, en el sexenio de Enrique Peña Nieto mataron a 47 periodistas y en lo que va de la administración de Andrés Manuel López Obrador se cuentan por lo menos 36, de los cuales 11 han caído en los primeros cinco meses del presente año.
De estos últimos 11 hay por lo menos 20 personas detenidos, pero ninguna ha sido sentenciada, lo que habla de una total impunidad para los casos que atañen a los periodistas.
Entonces, durante la 4T se ha convertido en una realidad la frase que se presume es autoría de Alejandro Moreno Cárdenas, solo que aquí los periodistas mueren de hambre porque más de uno ha tenido que abandonar su actividad para dedicarse a otra cosa y llevar sustento a su familia, y también mueran a balazos.
Como el ejemplo tiene que partir del estado natal del presidente, en Tabasco Adán Augusto López Hernández, cuando fue gobernador en funciones (hoy goza de licencia), reformó la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo para desaparecer por completo la Coordinación General de Comunicación Social y Relaciones Públicas, a efecto de no tener absolutamente ningún trato con los comunicadores.
Nadie puede acudir ahora al gobierno de Tabasco a tratar de firmar algún convenio para difundir las actividades oficiales porque legalmente no existe esa posibilidad. Es más, ha trascendido que los funcionarios tienen prohibido tratar con los periodistas porque asumirían las consecuencias de su desobediencia.
Ahora Adán Augusto se desempeña como secretario de Gobernación y busca meterse en la pelea como aspirante a la candidatura a la presidencia de la república. Si esto llegara a suceder. Los mexicanos ya saben a lo que se exponen, pues se trata de aplastar por completo la libertad de expresión para establecer las bases hacia una dictadura.
Así de claro, porque López Hernández no nada más promovió esa reforma para matar de hambre a los periodistas, sino también impulsó la “Ley Garrote” para reprimir a cualquiera que intente manifestarse en contra del gobierno; además, generó la “Ley Dedazo” que ahorca la democracia al impedir al pueblo de Tabasco elegir a sus delegados municipales. Imagínense usted si esas “extraordinarias” leyes se establecen a nivel nacional lo que va a pasar en el futuro inmediato.