Hizo erupción la noche del domingo 28 de marzo de 1982, arrojando millones de toneladas de arena, grava y ceniza en un área de 100 kilómetros a la redondea.
✍?Alejandro Sánchez
El volcán “Chichón”, conocido como “El Chichonal”, hizo erupción la noche del domingo 28 de marzo de 1982, arrojando millones de toneladas de arena, grava y ceniza en un área de 100 kilómetros a la redondea, donde sepultó a poblaciones, sembradíos, ganado, vida silvestre y humana. Este se ubica en Chiapas entre los municipios de Chapultenango y Francisco León. Los daños fueron incalculables, desconociéndose hasta hoy, el número de muertos y desaparecidos con exactitud. El gobierno federal, estatal y el ejército mexicano, coordinaron el plan de auxilio a las víctimas.
El siniestro sembró destrucción y desolación en varios municipios como Chapultenango, Francisco León, Ostuacán, Ocotepec, Nicapa, Juárez, Reforma y Pichucalco e innumerables ejidos y rancherías de la región, muchas de las cuales quedaron sepultadas. Se dijo que a las seis de la tarde comenzó a dar señales de su poder destructivo, por la noche fue peor y seguía en la madrugada del 29. Expulsaba piedras que perforaban techos de humildes viviendas donde quedaron sus moradores. La iglesia de Nicapa se vino abajo donde había decenas de personas: El mercado y la terminal de autobuses de Pichucalco corrieron igual suerte.
Los ríos y arroyos cubiertos de arena. Hombres, mujeres y niños en grave peligro al no contar con el vital líquido, así como cerca de 450 mil reses por falta de pastizales y agua. Las plantaciones de café, cacao, plátano y maíz fueron cubiertas por la ceniza. El panorama era dramático, cenizas y arena.
Un testigo presencial de los hechos, dijo “Que a las 9 de la noche del 28 se empezaron a oír estallidos, lenguas de fuego, olor a azufre y caída de arena, grava y ceniza; ya no esperamos más y abandonamos la colonia, nos venimos con lo único que traíamos puesto, muchos abandonaron sus familias y hasta ahorita no sabemos si viven o murieron. Salimos a pie a las once de la noche y durante el trayecto nos venía cayendo mucha ceniza y arena. Nos trasladamos a Ocotepec y hasta esa población seguía cayendo ceniza y arena, luego llegamos a Copainalá, Chicoasén y hasta el día de ayer a Tuxtla Gutiérrez a las 11 de la mañana. Mi colonia se localizaba dos kilómetros del volcán e ignoro si sus dos mil habitantes se salvaron. Atrás venían varios maestros y comerciantes, fueron los únicos que vimos que nos seguían, tal vez, mis demás compañeros se confiaron y no lograron salir de mi ejido”.
Siguió diciendo: “Que hace seis años el volcán Chichonal intentó hacer erupción provocando fuertes movimientos, pero no pasó a más. Cerca del volcán se ubicaba la colonia “Chichonal” y considero que ese ejido desapareció. Las autoridades nos tenían abandonados, por más que nos quejamos que algún día iba a suceder esta tragedia, no nos hicieron caso, nos quedamos sin nada, se perdieron nuestras cosechas y nuestro ganado”.
