Los dueños de la nueva casa y los padrinos entran a la sala para dar inicio a la celebración de “la última teja”.
✍🏽Ulises Valdez Arévalo
Esta tradición zoque de la última teja, se ha perdido en terán y sus colonias ya desde hace varias décadas. Consistía en que, una familia comenzaba hacer su casa de adobe o de bajaré y su techo de teja de barro. Al paso del tiempo, ya cuando estaba a punto de terminarla y techarla, el dueño o dueña de la casa, nombraba padrinos de teja a familiares o amigos, para que un domingo principalmente u otro día especial para el dueño, realizaban una fiesta, para que, regresaran esa teja adornada de papel de crepé de colores y en su parte superior, colocaban una cruz de madera principalmente, o en su caso, algún otro dibujo de madera como pato, gallina, barco, caballo, lo que la creatividad individual del padrino de teja quisiera. Había padrinos de marimba, de gallina, de trago, de cohetes y triquis, que apoyaban para la realización de la fiesta zoque.
Llegaba el día domingo, el dueño de la casa nueva recibía a los padrinos en su nueva casa, colocaban sillas en su patio, mientras recibían las tejas adornadas, el albañil quien construyera la casa, iba colocando en la parte superior del tejado (caballete), las tejas adornadas. Mientras la esposa recibía la gallina, el trago, los cohetes y triquis, mientras la marimba ya sonaba muy alegre con las melodías del momento. Cada celebración también variaba de acuerdo a las posibilidades económicas del dueño de la casa y los padrinos y madrinas; lo importante es que, ya tenían su casa nueva para vivir.
RITO O CELEBRACIÓN DE LA ÚLTIMA TEJA
Los dueños de la nueva casa y los padrinos entran a la sala para dar inicio a la celebración de “la última teja”. Al centro, hacen un hoyo cuadrado grande, donde enterrarán una gallina negra viva, algunas monedas y en algunos casos, trago; esto según la creencia antigua era para que, en esa casa no llegara pronto la muerte de los nuevos habitantes y abundara el dinero y las alegrías de la vida. En el caso de la gallina negra, puede ser de otro color o un gallo, pero lo tradicional era la gallina.
Mientras los dueños y padrino de gallina negra la entierran, los familiares y amigos comienzan a bailar o danzar alrededor del hoyo al ritmo de la marimba o música tradicional de tambor y carrizo, gritando vivas y porras, deseándoles buena suerte a los que ahí vivirán. La alegría de la fiesta ha comenzado, una vez terminado de enterrar la gallina viva y los objetos en el centro de lo que será su sala.
Esta celebración se hizo muy tradicional con el tiempo, cada vez que alguien hacía su casa de adobe o bajaré, nombraba a sus padrinos y madrinas para “la última teja”, volvía a repetir la tradición. Con el paso de los años, al ir construyendo nuevas casas, pero ya de ladrillo y techos de concreto, fueron acabando con esa bonita tradición de adornar la teja y colocarla en lo alto del tejado. Aunque, todavía algunos colocan y adornan una “Santa Cruz” de madera en donde están construyendo una casa, principalmente, el día 3 de mayo, que llevan la cruz a las iglesias para que las bendigan y siga siendo un símbolo de bendición y tradición y realizan un convivio entre los albañiles y peones.