Muchos jabs, algunos ganchos y también golpes bajos, pero ninguno definitivo.
✍?Ricardo Del Muro
Ahora Xóchitl cambió el vestido sastre por un discreto huipil y subió al ring dispuesta a lograr un nocaut en el segundo round del debate presidencial. Muchos jabs, algunos ganchos y también golpes bajos, pero ninguno definitivo.
Así que, al menos en contundencia e intercambio de ideas, nuevamente el debate fue bastante aburrido. Muy lejos de la elegancia y elocuencia del jefe Diego, por citar a un clásico, y tampoco se acercó a la agresividad de los pugilistas callejeros, como Lily Téllez y el compañero Noroña, por citar dos ejemplos nacionales.
“Se dan ¡con todo!, destacó el periódico Reforma y La Jornada señaló: “Creció el tono de la confrontación entre Sheinbaum y Gálvez”. Sin embargo, para los amantes de la oratoria parlamentaria, definitivamente este pareció un encuentro amateur que no hubiera clasificado en una eliminatoria escolar y menos en una olímpica, pero ni modo, esto es lo que tenemos como representantes de la actual generación de políticos mexicanos.
Ahora ya no fue “la dama de hielo” sino la “señora de las mentiras” que la aspirante de Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez, lanzó como un golpe, sin fuerza, casi amable, contra la morenista Claudia Sheinbaum, quien trató de esquivar los ataques hasta que llamó “la corrupta” a su rival. Pues tú,”narcocandidata”, respondió Gálvez con un golpe bajo.
El 92% de los votantes no cambió su decisión tras la celebración de este segundo debate electoral, según la encuesta flash de Enkoll para El País y W Radio. El dato da la medida de lo fijas que están las posiciones a estas alturas de la campaña, a poco más de un mes para que se celebren las elecciones.
En cuanto a quien ganó, Claudia Sheinbaum logró 46% de apoyo de los encuestados, 19 puntos sobre Xóchitl Gálvez (27% de apoyo) y 30 sobre Jorge Álvarez Máynez (14%). Pese a esto, los dos candidatos opositores subieron ligeramente su apoyo (dos y cuatro puntos, respectivamente) en comparación al primer debate celebrado el 7 de abril, señaló el diario español.
El primer debate del 7 de abril fue visto 11.8 millones de personas en televisión y plataformas digitales, pero en opinión de Lorenzo Córdova, extitular del Instituto Nacional Electoral (INE), el primer debate fue “muy acartonado” y nos quedó a deber.
Ahora se hicieron ajustes al formato, que fue “cara a cara”, donde las candidatas y el candidato tuvieron más tiempo para presentarse, hacer sus propuestas y debatir. Aún así, fue aburrido y falta conocer la medición de audiencia que haga el INE.
Antes de subir al ring, Xóchitl había señalado que el primer debate no fue como ella esperaba y prometió que el segundo sería distinto, que haría más preguntas a Sheinbaum y que buscaría que fueran contestadas.
De plano, dijo que ya no haría caso a sus asesores: “De repente es muy complicado, cada uno te dice una cosa distinta, está cañón. Uno, que si tienes que ser así, otro que no ataques al presidente, que mejor a Claudia, y otro que ni a Claudia ni al Presidente. Híjole, está muy difícil. Yo voy a hacer lo que yo pienso que debo hacer”.
A diferencia del debate anterior, Sheinbaum en esta ocasión aprovechó los temas en materia económica para defender las obras del gobierno de López Obrador y después aguantar, hasta donde pudo, las preguntas y ataques de Xóchitl, que no fueron contundentes y, en consecuencia, no cambiaron las tendencias en las encuestas.
ricardodelmuros@hotmail.com