Este metal pesado, presente en diversos entornos, se infiltra silenciosamente en la vida de los niños, dejando a su paso una estela de consecuencias devastadoras para su salud y desarrollo.
✍🏽Amado Ríos Valdez
En el México moderno que avanza sobre el primer cuarto del siglo 21, todavía una amenaza invisible acecha a la población infantil: la contaminación por plomo. Este metal pesado, presente en diversos entornos, se infiltra silenciosamente en la vida de los niños, dejando a su paso una estela de consecuencias devastadoras para su salud y desarrollo.
Los datos sobre la exposición al plomo en México son alarmantes: 1 de cada 5 niños, entre 1 y 4 años, presenta niveles de plomo en sangre superiores al límite considerado seguro por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que más de un millón de niños en el país se encuentran en riesgo de sufrir las graves consecuencias del envenenamiento por plomo.
PLOMO. LA AMENAZA SILENCIOSA
En un informe de la OMS de 2020 “The Toxic Truth: Children’s exposure to lead pollution undermines a generation of potential” (La verdad tóxica: la exposición de los niños a la contaminación por plomo socava el potencial de una generación), el primero de este tipo, señala que alrededor de 1 de cada 3 niños –un total de hasta 800 millones a nivel mundial– tienen niveles de plomo en la sangre iguales o superiores a 5 microgramos por decilitro (μg/ dL), es decir, el nivel en el que es necesaria una intervención.
“El plomo, que apenas presenta síntomas al principio, causa estragos silenciosos en la salud y el desarrollo de los niños, con consecuencias posiblemente fatales”. El estudio señala que el plomo es una potente neurotoxina que causa daños irreparables en el cerebro de los niños. Es particularmente destructiva para los bebés y los niños menores de cinco años, ya que daña sus cerebros antes de que hayan tenido la oportunidad de desarrollarse plenamente, causandoles un deterioro neurológico, cognitivo y físico para toda la vida.
La exposición infantil al plomo también se ha vinculado a problemas de salud mental y de comportamiento, y a un aumento de la delincuencia y la violencia. Según el informe, los niños mayores sufren graves consecuencias de esta exposición, entre ellas un mayor riesgo de padecer daños renales y enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
De acuerdo con el mismo estudio, el daño cognitivo por la contaminación por plomo es grave pues está asociada a la pérdida de entre 4 a 6 puntos de coeficiente intelectual (IQ).
CONTAMINACIÓN POR PLOMO EN MÉXICO
Los efectos anteriores repercuten negativamente en la educación, productividad,ingreso y oportunidades futuras, contribuyendo a perpetuar el ciclo intergeneracional de la pobreza. Se han estimado para México los costos anuales de los efectos de la exposición infantil a plomo en el desarrollo intelectual en 229,000 millones de pesos; para toda la población los costos anuales representan casi el 1.4% del PIB.
Existen dos estudios recientes que dan cuenta del estado del problema de la contaminación por plomo en los niños de México, ambos estudios fueron publicados en la revista Salud Pública de México. El primero se denomina “Reporte nacional de niveles de plomo en sangre y uso de barro vidriado en población infantil vulnerable” publicado en abril de 2021, y el segundo se llama “Análisis de la distribución nacional de intoxicación por plomo en niños de 1 a 4 años. Implicaciones para la política pública en México”, publicado en agosto de 2022.
Los autores de los estudios explican que la principal fuente de exposición al plomo, identificada en la población general de México, es el uso de loza de barro vidriado con plomo horneada a bajas temperaturas, generalmente producida en pequeños talleres alfareros, aunque, señalan, existen otras fuentes de exposición que también pueden estar contribuyendo en menor medida a los niveles de plomo en sangre encontrados como por ejemplo la exposición paraocupacional a plomo en zonas industriales, mineras, alfareras y cerca de talleres de reciclaje de baterías y basura electrónica, adicionalmente, en ocasiones surgen otras fuentes de exposición por productos de consumo como alimentos, dulces mexicanos, pintura utilizada en juguetes, juegos infantiles o cosméticos. La contaminación por plomo más generalizada es por el uso de barro vidriado y ocurre porque se utiliza óxido de plomo diluido en agua para barnizar las piezas de barro, y la contaminación de alimentos ocurre al liberarse el plomo al contacto con los alimentos.
El Instituto Nacional de Salud Pública de México analizó, a partir de estas investigaciones, si el uso y la frecuencia de uso de barro están relacionados con los niveles de plomo en sangre en la población. Los resultados de la investigación documentan que el 35% de la población de estudio reportó uso de barro vidriado con plomo en los últimos 3 meses (en el Norte 21%, Centro 32% y Sur 40%) y se confirmó que existe una relación clara entre una mayor frecuencia de uso de barro y mayores niveles de plomo en sangre: solo 11% de la población que reportó no haber usado barro para consumir alimentos tiene niveles elevados de plomo en sangre, mientras que esta cifra se eleva a 46% entre quienes reportaron uso frecuente de barro.
Cualquier nivel de plomo en sangre es dañino para la salud. Los niños y las mujeres embarazadas son los más vulnerables a los efectos nocivos del plomo, dado que el metal en sangre materna atraviesa la placenta durante el embarazo, alcanzando al bebé en formación, causando menor crecimiento, así como daño al cerebro y al sistema nervioso; problemas de aprendizaje, atención y conducta que conducen a mayor riesgo de hiperactividad, agresividad y violencia.
LOS NIÑOS DEL SUR DE MÉXICO SON LOS MÁS VULNERABLES
En los estados del sur y sureste de México es donde se encontraron niveles más altos y preocupantes de plomo en la sangre en niños, estos estados son: Campeche, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz y Yucatán. En un segundo nivel de contaminación están los estados ubicados en el centro del país: Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nayarit, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Zacatecas y Ciudad de México.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
La lucha contra la contaminación por plomo en México es una batalla por el futuro de las nuevas generaciones. Proteger a los niños de este enemigo invisible es un compromiso moral y social que exige acciones urgentes y concertadas por parte de todos los sectores de la sociedad. Solo a través de un esfuerzo conjunto y sostenido podremos construir un México libre del plomo y garantizar el desarrollo pleno de su infancia.
Ante este panorama desalentador, surge la urgente necesidad de implementar estrategias integrales y multisectoriales para combatir la contaminación por plomo en México. Entre las medidas necesarias se encuentran: Fortalecer la legislación y la regulación, como implementar normas más estrictas para la producción, uso y disposición de productos que contienen plomo; invertir en educación y sensibilización; realizar pruebas de detección temprana de plomo en sangre en niños; mejorar el acceso a agua potable y saneamiento; rehabilitar viviendas con pintura con plomo; capacitar y modificar con urgencia las sustancias que se usan para vidriar la loza de barro para que solo usen sin plomo las alfareras; y apoyar la investigación científica sobre las fuentes de exposición al plomo y el desarrollo de nuevas tecnologías para su control.
amado.rios@gmail.com