Aún con la construcción de la refinería Olmeca en Tabasco, unos de los proyectos insignia de la Cuarta Transformación, el estado permanece en los primeros lugares de desempleo, lo que quiere decir que el gobierno no ha generado las condiciones apropiadas para que existan fuentes de ocupación suficientes para sus habitantes.
Los gobiernos necesitan políticas públicas que ayuden a la iniciativa privada a desarrollarse para que puedan crear plazas laborales; por ejemplo, se requiere inversión en infraestructura y tecnologías de la información y la comunicación, por mencionar algunos rubros.
El Estado tiene que promover y facilitar la formalidad, porque en ella se estimula la recuperación económica de una entidad o un país, según sea el caso. Sin embargo, Tabasco continúa en el atraso y lo que predomina es el ambulantaje, el comercio informal que no está registrado en la Secretaría de Hacienda, y, por lo tanto, no paga impuestos.
La ayuda del gobierno estatal para promover la inversión es fundamental, se requiere también de esquemas fiscales que incentiven a los hombres de negocios, pero todo parece indicar que esas estrategias están muy distantes del gobierno de Carlos Manuel Merino Campos.
Se sabe que los mejores empleos están relacionados con la estabilidad, el tipo de empresa, industria o sector, la remuneración salarial, el tipo de contrato, la cultura organizacional, la posibilidad de crecimiento profesional, entre otros, pero en la entidad los hombres de negocios ven incertidumbre y no se atreven a arriesgar su capital, al contrario, lo retiran.
Tabasco, de acuerdo a la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), promovida por el INEGI, registró 58 mil 212 personas sin trabajo en el primer trimestre de enero-marzo de 2021. Estas cifras, comparadas con las actuales, son casi similares, pues en el primer trimestre de 2022 registró una tasa de desocupación de 4.8 por ciento.
Es decir, se observó un repunte de 0.3 por ciento porcentual frente al 5.1 por ciento con la que cerró el desempleo en el mes de abril de este año. Eso, quizá, sea el motivo por el cual la gente ha tenido que recurrir a ocuparse de manera informal, a efecto de llevar el sustento a sus hogares.
Los datos del INEGI demuestran que 626 mil personas laboran sin prestaciones de ley o, incluso, sin recibir un salario mínimo. Además, de todo el universo de personas ocupadas 314 mil son ambulantes, no se encuentran bajo un marco legal.
Esto es tan grave como que los índices delictivos también van al alza y no hay manera de disminuirlos. Día con día la gente sale temerosa a las calles porque los maleantes los asaltan hasta en la puerta de sus casas. Parece mentira, pero cuando alguien camina por las calles de Villahermosa desconfía hasta de su propia sombra, ya no digamos de los que transitan a su lado.
Se requiere entonces que el gobierno estatal ponga mayor atención en los índices de desempleo y genere políticas públicas adecuadas para que la gente pueda obtener una plaza laboral en alguna empresa y con ello repunte el desarrollo, disminuya la delincuencia, se combata la pobreza y la miseria a la vez.
Para ello, como se dijo antes, se debe dar certidumbre a los hombres de negocios, de tal manera que arriesguen su capital en Tabasco y no al revés. Porque después de la pandemia de Covid-19 una gran cantidad de empresas formales ha tenido que bajar las cortinas y quienes ahí laboraban se han visto en la necesidad de ver de qué forma proveen a su familia.