El resultado de los debates, ha provocado que los ciudadanos, se involucren cada vez más en la promoción de sus favoritos.
✍🏽Armando Ríos Piter
Faltan 21 días para la elección presidencial. La complejidad del escenario se profundiza. La guerra de encuestas crece. La discusión se calienta. El resultado de los debates, ha provocado que los ciudadanos, se involucren cada vez más en la promoción de sus favoritos.
En las nueve entidades donde hoy se disputa la titularidad del poder ejecutivo, salvo en Tabasco y Chiapas, la oposición tiene alguna oportunidad de ganar. Lo anterior cobra mayor relevancia, si se toma en cuenta que después del Edomex, la CDMX, Veracruz, Jalisco, Puebla y Guanajuato, representan los padrones electorales más grandes del país. El resultado en estos estados, impactará directamente en la composición del Congreso de la Unión, especialmente en la Cámara de Diputados.
Desafortunadamente, cada vez es más claro que muchas encuestadoras venden sus resultados. Recientemente, hemos visto decenas de estudios demoscópicos que, al final del día, fallan en sus pronósticos. Sirven más como propaganda para imponer narrativas y generar percepciones, que como elementos para brindar una descripción objetiva de la realidad. Ante las terribles fallas que han exhibido en elecciones recientes, con errores de hasta 25 puntos porcentuales, queda claro que ambos bandos -oficialistas y opositores- pueden ganar.
En este contexto, habría que añadir al debate público, un estudio privado según el cual, la distancia efectiva entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez es solo de 8 puntos porcentuales (lo que en realidad se reduce a 4, si consideramos que cada punto que le lograra quitar Gálvez a Sheinbaum, sumaría doble) . Ni son los 20 puntos que le dan de ventaja a la candidata de Morena varias empresas, ni es el empate recientemente publicado por Massive Caller.
Ante la confusión que impera debido a las encuestas tradicionales, vale la pena revisar el “Omnibús Académico Electoral 2024”, publicado recientemente por Este País, con la finalidad de revisar “el contexto y clima” de las elecciones, más allá de la típica “predicción” de resultados.
En primer lugar, según dicho estudio, el 44.7 % de los votantes ya decidió su voto y “nadie puede hacerlos cambiar”. Caso seguido, un 26.5% manifestó haber decidido ya, pero también dijo que “pondrá atención en las campañas”, lo que podría modificar su decisión. Por último, un 17.2% comentó “no haber decidido aún”. El 9.3% restante afirmó “no pondré atención a las campañas, ni me interesa la elección”. De un total de aproximadamente 99 millones de votantes, casi 17 millones, aún no han definido su voto y 25 millones de personas podrían modificar la decisión que ya tomaron.
Llama la atención que, aún cuando un 45% piensa que la elección “ya está definida y va a ganar Morena”, un 46.5% piensa que la moneda aún está en el aire y “puede ganar Xóchitl”. Por esta razón, el tercer debate, basado principalmente en el tema de Seguridad, podría definir la orientación del voto de más de una tercera parte del electorado. Por más que la narrativa oficial intente desincentivar la participación, bajo la narrativa de que “este arroz ya se coció”, en realidad, la competencia se cierra día con día, conforme hay mayor interés y participación de la gente.
En segundo lugar, una de cada tres personas opina que, “en caso de que el voto no favorezca al candidato de Morena, el presidente no aceptará el resultado y habrá conflicto”. Por su parte, casi una de cada dos personas, cree que, “en caso de que Morena ganara, la Oposición no aceptaría el veredicto”. Una tercera. En el citado estudio, se augura -desde ambos bandos- un conflicto postelectoral.
Sirvan los datos presentados para hacer las siguientes consideraciones:
1) Hay competencia real. Puede haber muchos “switchers” y votos aún no identificados. La elección aún no está decidida.
2) Existe un alto riesgo de que haya tensión y enfrentamientos después de la jornada de votaciones.
3) Dado que un 33.8% piensa que habrá “mucha” intervención del crimen organizado en las elecciones, habrá fuertes dudas sobre la legitimidad de los resultados.
Frente a estos desafíos, cabe retomar un último dato del citado estudio. Un 56% de las personas entrevistadas considera que, “si mucha más gente de lo normal asiste a votar, el riesgo de que se dé un conflicto postelectoral disminuye”, seguramente también, de que solo el crimen decida. Por ello, la #SociedadHorizontal tiene la última palabra; salir y ejercer masivamente su derecho a decidir libremente.
riospiter2018@gmail.com