Lo positivo, en medio de todo, es que la llamada inflación subyacente, que mide mejor la tendencia de mediano plazo, bajó ligeramente de 4.37 en abril a 4.31 por ciento en esta primera quincena de mayo.
✍🏽Enrique Quintana
El INEGI dio a conocer ayer el comportamiento del PIB en el primer trimestre del año, que confirma lo que le habíamos comentado hace un par de días: hay un visible freno económico.
Las cifras informadas reducen ligeramente la tasa de 2.0 por ciento que había sido reportada previamente a un 1.9 por ciento.
Lo más interesante de los nuevos datos es la radiografía sectorial que ya podemos observar.
Le resumo algunos aspectos.
1.- Las actividades agropecuarias tuvieron una tasa de crecimiento muy baja, apenas de 0.7 por ciento en el trimestre. El sector más afectado fue la agricultura. Las cifras originales (no destacionalizadas) indican un descenso de -0.2 por ciento. Es probable que la sequía ya esté afectando de manera visible la producción del campo mexicano. Lo más relevante es que, ante la persistencia de la problemática de falta de agua, quizás este freno se extienda en meses posteriores.
2.- El sector industrial creció en 1.5 por ciento en el primer trimestre, pero en medio de fuertes contrastes. La minería, incluyendo la extracción de petróleo, cayó en -2.7 por ciento respecto al año pasado.
Las actividades manufactureras, que son las más relevantes en el sector industrial, retrocedieron en -1.0 por ciento anual.
El único subsector que tuvo un desempeño favorable a tasa anual fue la industria de la construcción, que creció en 13.2 por ciento. Lo malo es que, en cifras trimestrales, hubo ya una caída de -2.7 por ciento respecto al cuarto trimestre de 2023, lo que indica que por lo pronto, la trayectoria es a la baja.
3.- El sector terciario de la economía fue el que mantuvo en conjunto un mayor dinamismo al crecer en 2.4 por ciento y con un crecimiento trimestral de 0.6 por ciento.
Aunque con menor intensidad que otros sectores de la economía, también en este caso se aprecia un menor dinamismo que en la primera parte del 2023.
Con todo, pareciera que será este segmento el que permita que la economía tenga resultados positivos en este año, aunque por debajo del año pasado y quizás incluso de las previsiones más recientes.
Le reitero lo que le he expresado en otras ocasiones: la trayectoria del 2024 será positiva, pero menos que la del año pasado.
Lo que más preocupa es cómo se ve la economía para el 2025, que será un año de un nuevo gobierno en México y también en Estados Unidos.
En nuestro país, además, con el desafío de hacerle frente a la consolidación fiscal, que exigiría bajar significativamente el déficit público, generando un efecto recesivo adicional.
Ojalá haya la inteligencia necesaria para hacerle frente a esta circunstancia y evitar que el freno económico se vaya a convertir en recesión.
LA PERSISTENTE INFLACIÓN
Por razones estacionales, tras la entrada en vigor de las tarifas eléctricas para el verano, el Índice Nacional de Precios al Consumidor durante la primera quincena de mayo retrocedió en -0.21 por ciento. Pero, a pesar de ello, la inflación anual siguió su camino alcista y alcanzó el 4.78 por ciento.
Recuerde usted que en el mes de abril esa cifra estuvo en 4.65 por ciento. Y estamos más lejos aún del 4.32 por ciento de noviembre del año pasado.
Lo positivo, en medio de todo, es que la llamada inflación subyacente, que mide mejor la tendencia de mediano plazo, bajó ligeramente de 4.37 en abril a 4.31 por ciento en esta primera quincena de mayo.
Con todo, creo que si la tendencia que observamos persiste, el Banxico difícilmente bajará su tasa de referencia cuando anuncie su decisión el próximo 27 de junio.
Ya veremos.