Guillermo Hübner Díaz
Estas horas, amable lector, ya sabrá usted qué tan felices, o infelices, podrán ser las familias radicadas en cualquiera de los seis estados en los que ayer hubo elecciones de gobernador, alcaldes y diputados locales.
También sabrá si las encuestas, que con tanto interés y durante bastante tiempo, le estuvieron taladrando el cerebrito diciéndole cuál candidato, hombre o mujer, llevaba la delantera en esta o aquella entidad, y por supuesto ganaría de calle la elección, enfermándole de “encuestitis”, por si no estuviese vacunado contra esta horrorosa enfermedad que no sólo mediatiza la voluntad sino distorsiona la realidad ahogándola en procelosos mares de confusión y desatinos.
Vaya con esas firmas y personas que no se cansaron jamás de “medir”, de “muestrear”, de “levantar”, de “investigar”, de “hurgar” por aquí y por allá, por todas partes, para determinar según sus “científicos” sondeos, quien sería el nuevo gobernador de Aguascalientes, Durango (más 39 presidentes municipales) , Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo (más 25 nuevos diputados locales),
Se valieron de todo, hasta de las mentiras de muchos interrogados; no sólo de las metodologías conocidas, sino de estrategias que tuvieron la apariencia de innovadoras y por lo tanto de muy actuales.
Pero perdieron de vista algo importante: que los pueblos “abren cada vez más los ojos” y ya conocen las artimañas de que se valen los partidos y los capitales que los sostienen y mueven, para “posicionar” a sus abanderados, de manera que saben que en materia de candidatos “no todo lo que brilla es oro”, ocurre también que, en el momento de ser preguntados, los ciudadanos responden algo que no corresponde a lo que expresarán realmente al estar en la casilla.
A todo esto, habría que agregarse otro tipo de encuestas: las que fallan anticipadamente en sus “pronósticos”, en Tabasco tuvimos dos casos de estas en las elecciones de alcaldes el año pasado, ambos con abanderados de MORENA; uno, quizá el más sonado, en Paraíso con Beatriz Millán Pérez, a la postre diputada local presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso; y, en Centro, con Yolanda Osuna Huerta, quien dejó la secretaría de Cultura para enfrentar a dos exgobernadores: Andrés Rafael Granier Melo (PRI) y Manuel Andrade Díaz (PRD). A Beatriz Millán Pérez, las encuestas la mantuvieron siempre en la cúspide de la escala pero el pueblo paraiseño tenía “otros datos”, la joven y bella empresaria hotelera no recibió el apoyo mayoritario de los ciudadanos, incluso fue agredida en dos o tres ocasiones durante su campaña de proselitismo y el resultado el día de la elección le fue adverso. La mejor encuesta la levantó el pueblo, las formales no dieron en el blanco.
Algo parecido, pero “al revés volteao”, ocurrió en Centro, en donde la enorme popularidad del Químico Andrés Granier Melo, se mostraba como el factor determinante para obtener un triunfo arrollador y a lo largo de los 45 días de campaña, no dejó de sorprender al mundo presidiendo o encabezando magnas concentraciones o nutridas, cerradas caminatas por las principales calles y avenidas de la capital, villas y poblados.
Todo ello, en tanto que la candidata de MORENA, la honorable maestra en Administración, Yolanda Osuna Huerta, de amplia trayectoria en la vida pública del Estado, era tratada en importantes espacios de opinión como “una desconocida”, condenada a alcanzar cuando mucho un tercero o cuarto lugar, versiones que avalaban varias encuestas consideradas algunas como “patito”,
hasta que apareció Mitofsky situándola 20 puntos arriba del “favorito”, y “colorín colorao, este cuento se ha acabao”.
Recuerdo otro caso de encuestas que fallaron anticipadamente, el de Macuspana en 2012 cuando contendieron por la alcaldía Gaspar Córdoba Hernández (MC) y José Refugio “Cuco” Rovirosa (PRI). Todo suponía, según la numerología encuestadora, que sería Gaspar Córdoba, quien entrara a despachar al Palacio Municipal, su campaña cumplió todas las exigencias, fue tratado generosamente por la población e incluso contó con la presencia del dirigente nacional, Dante Delgado Ranauro,
La campaña de “Cuco” (hoy preso en el CRESET), avanzaba con muchas fallas, llamando la atención las agresiones sufrida en dos de los barrios más bravos del municipio: San Carlos y El Castaño, en donde prácticamente fue impedido de entrar entre gritos de rechazo e insultos, Las encuestas fallaron y quien gobernó Macuspana (mal por cierto) fue “Cuco”.
Así las cosas. ¿Ganaron ayer los “favoritos”? Felíz inicio de semana.