Hay varias razones para ello. En primer lugar, los analistas coinciden en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) todavía no ha calificado la elección presidencial.
✍?ACÁ ENTRE NOS | Alejandro Moguel
La transición gubernamental, entre quienes gobernarán el siguiente sexenio en Chiapas y en México, y los que se van, está en pausa.
Hay varias razones para ello. En primer lugar, los analistas coinciden en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) todavía no ha calificado la elección presidencial. No se ha hecho por cuestiones de protocolo. Es previsible que lo hará en próximos días, la declarará válida y entregará la constancia de mayoría a la ganadora de las elecciones del 2 de junio pasado, Claudia Sheinbaum Pardo.
A partir de esa fecha, seguramente iniciarán formalmente los trabajos de la transición gubernamental. Por lo pronto, ella ya ha nombrado a quienes encabezarán una veintena de Secretarías de Estado. La doctora Sheinbaum tomará protesta del cargo el martes 01 de octubre próximo.
Varios compañeros periodistas piensan que Chiapas se está rigiendo por ese calendario y que una vez se haya instalado constitucionalmente el Ejecutivo Federal, el gobernador electo de Chiapas, Eduardo Ramírez Aguilar y el saliente Rutilio Escandón Cadenas harán lo propio. Empezará a caminar la entrega recepción del gobierno saliente y el entrante.
En Chiapas, todos sabemos, Ramírez Aguilar únicamente nombró a Fernando Bermúdez, como el coordinador del equipo de transición, pero la contraparte no ha designado a nadie y, por tanto, no han iniciado formalmente los trabajos.
Por eso hay un compás de espera. El comiteco no corre prisa, porque Chiapas tiene un largo periodo, entre la elección de gobernador y su toma de protesta que ocurrirá, en este caso, el 08 de diciembre próximo.
Volviendo al tema federal, el artículo 99 de la Constitución General de la República establece en la fracción II, lo siguiente: “La Sala Superior (del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, TEPJF) realizará el cómputo final de la elección de Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, una vez resueltas las impugnaciones que se hubieren interpuesto sobre la misma, procediendo a formular, en su caso, la declaración de validez de la elección y la de Presidente Electo respecto del candidato que hubiere obtenido el mayor número de votos”.
En la etapa final del proceso eleccionario de presidente de la República, como se advertirá de la simple lectura del texto constitucional, resulta absolutamente imprescindible la participación de la Sala Superior del TEPJF.
Incluso aunque no hubiere impugnaciones. Indispensable su intervención para realizar las siguientes tres importantes funciones:
1. Hacer el cómputo final de la elección presidencial, 2. formular la declaración de validez de dicha elección, y 3. declarar presidente electo a quien haya obtenido el mayor número de votos.
Esos asuntos se han atrasado, porque la Sala Superior del TEPJF ha estado incompleta desde principios del pasado mes de noviembre. Ordena la Constitución (artículo 99) que dicha sala superior se integrará por siete magistrados electorales, de los cuales desde hace tres meses faltan dos. Y parece que a nadie le preocupara.
Pero también hay otro factor que ha retardado dicho proceso.
Recordemos que Xóchitl Gálvez Ruiz, ex candidata de la alianza PAN-PRI-PRD, impugnó, a mediados de junio, la elección presidencial ante autoridades electorales, luego de acusar durante meses que se fraguaba un proceso desbalanceado por la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Gálvez busca que “se investigue y sancione la intervención del presidente, así como la violencia e intervención del crimen organizado”. “No se trata de pedir la anulación de la elección, sino de que exista una sanción al primer mandatario por su intromisión en el proceso electoral”, anotó.
alexmoguels@hotmail.com