La sobrerrepresentación, según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se refiere a un fenómeno electoral en el que un partido político obtiene un número de escaños en el Congreso que excede significativamente su proporción de votos obtenidos en las elecciones.
✍🏽COLABORACIÓN INVITADA | Enriqueta Burelo
No se puede acusar a rajatabla a Morena y sus aliados de ser los culpables de determinado hecho, o abuso, como sucede en el caso que todavía hoy ocupa las primeras planas de los periódicos: la sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión, ya que, si hacemos un poco de historia y nos vamos a las elecciones 2012 y 2015, el tema estuvo presente y en el 2018 tuvo su punto más alto y polémico. En el 2012, la elección, la gana el PRI y aliados, nadie dice nada, 2015, todos y todas calladitas, 2018, surge el primer reclamo, y hoy en el 2024, sigue el reclamo. En términos coloquiales, diríamos, mientras yo salgo beneficiado, pues calladitos nos vemos más bonitos, sin embargo, cuando ya esto nos afecta, el escándalo.
La sobrerrepresentación, según la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, se refiere a un fenómeno electoral en el que un partido político obtiene un número de escaños en el Congreso que excede significativamente su proporción de votos obtenidos en las elecciones.
Según el artículo 54 de la Constitución, en su fracción V, para evitar esto, se establece que ningún partido puede tener más de 300 diputados por ambos principios (mayoría relativa y representación proporcional), así como tampoco puede tener un número de diputados que exceda en más de ocho puntos su porcentaje de votación nacional emitida.
Hoy muchos aluden al famoso artículo 54 de la Constitución para fundamentar sus distintas visiones. El artículo habla de partidos, ya que fue actualizado en 1996 cuando aún no eran comunes las coaliciones. Pero hay quienes quisieran que el espíritu de ese artículo se interprete como coaliciones por la realidad actual.
Por supuesto que la laguna legal sobre el tratamiento de coalición versus partido es grave, y de consecuencias muy negativas para el país. Sin embargo, no es más que consecuencia de los excesos de los diversos regímenes que han aprovechado en un momento el poder, para usarlo a su favor.
En teoría, el sistema electoral mexicano está diseñado para minimizar la sobrerrepresentación. En la práctica, las reglas que hemos establecido para evitar este tipo de distorsiones de la voluntad popular son tan complicadas que muchos partidos políticos se han aprovechado de sus ambigüedades para burlar el espíritu de la ley mientras hacen de cuenta que respetan su letra.
La preocupación para la oposición, y para quienes no son oposición en el sentido estricto, pero son una ciudadanía preocupada por la vida política del país, en estos momentos les inquieta la sobrerrepresentación en el sentido, de que con ello Morena y sus aliados tendrán manga ancha para las reformas, no habrá la posibilidad de una argumentación y discusión seria de cada uno de los temas.
Me pregunto, que opinaran tirios y troyanos sobre la no reelección, en mi caso me quedo con el sufragio efectivo, no reelección, música de fondo de la Marcha de Zacatecas, en pocos años he observado los excesos de la reelección, y el engolosinamiento por el poder. En el fondo este hecho disgustará más a quienes están en el poder ya que son las y los beneficiados directos de este proyecto, a la oposición ni fu, ni fa.
La capacidad de la fuerza gobernante para modificar la Constitución sin necesidad de negociar con las minorías, si así lo desea, resulta inquietante, al margen del signo ideológico del partido en el poder.
enriquetaburelomelgar@gmail.com