El escritor Florentino Pérez mencionó que el conocimiento puede ser liberado, pero también se puede convertir en un instrumento de dominación o de exclusión.
✍?Eugenio Hernández Sasso
El reto de estos tiempos y del grupo Chiapas profundo que ha venido trabajando en varios conceptos, es movilizar el pensamiento, afirmó el investigador y escritor Florentino Pérez Pérez, en el programa Historia e Identidad que conduce Marco Antonio Besares en los estudios del diario Ultimátum.
“Si logramos aquello de pienso, luego existo; o sea, volver a pensar y a pensarnos no en el positivismo, no fuera del mundo o de la realidad, sino pensarnos en nuestro vivir, en nuestro existir, pero pensarnos también como culturas, como civilizaciones, como descendientes de civilizaciones iguales o similares o superiores a las seis que Enrique Dussel reconoce a nivel mundial”, añadió.
Consideró que el conocimiento puede ser liberado como decía Pablo Freire en la Pedagogía del Oprimido, pero también puede ser un instrumento de dominación, de exclusión, entonces el mundo contemporáneo, la civilización actual sin duda está llena de retos.
Pero también en esa misma pedagogía, subrayó, hay referentes de recuperar la historia, pero pensando desde otro lugar.
Destacó que la noción occidental, en la cual nos formamos, dice que para la generación de conocimiento hay un sujeto que quiere conocer y hay un objeto de conocimiento, hay una dualidad y ahí está la realidad.
La descolonización del pensamiento, añadió, tiene que ver no solamente con los pueblos originarios, sino de todas las formas anticoloniales del pensamiento.
Es decir, no del territorio en donde se reconoce la diversidad, se reconoce la multiculturalidad, en donde hay que generar aprendizajes situados desde un contexto no global.
Esto no quiere decir que el conocimiento occidental no sirva, “porque nos han enseñado que es bueno o malo vivir en la dicotomía, que hay amor propio, hay desamor; que hay blanco, que hay negro; no existe y existe todo, así como hay momentos amorosos, como los que describe la poesía de Jaime Sabines, hay momentos donde uno se aleja del amor y entra en la desolación en el desasosiego, diría Fernando Pessoa. Son momentos, así como hay acercamientos a la poesía hay alejamientos de la poesía, espirituales, sentimentales”.
Recalcó que se deben incorporar saberes de hace muchos años, tradicionales, a los conocimientos occidentales que existen para hacer una ecología de saberes, una articulación, no negar ni quitar lo que hay.
Comentó que en el siglo XVI nació un modelo de producción y consumo “y ese modelo de la modernidad, de ese modelo civilizatorio se ha agotado, está llegando la crisis que está pasando en este momento.
“O sea, salimos de la crisis sanitaria, entramos a la crisis del calentamiento global; entramos a la crisis financiera y son crisis infinitas de un modelo de sociedad.
En cuanto a la inteligencia artificial, consideró que si no tienen regulación los mismos algoritmos que aparecen en los móviles en los en los teléfonos que tú hablas o la misma Alexa que te registra, no es una utopía hablar de descolonización.
Indicó que el conocimiento se puede reformar mediante la visión de las realidades diversas. Es decir, ver que tenemos muchas culturas y no una sola.
También precisó que Chiapas no está compuesto solo de pueblos orignarios sino también de migrantes alemanes, chinos, japoneses y caribeños, entre otros, en donde los pueblos hablan diferentes lenguas, preparan distintas comidas, escuchan música diversa y tienen otras visiones espirituales, pero todos son humanos y habitan en un mismo territorio.
Aseguró que cuando se abre el pensamiento hacia la existencia de otras cosmovisiones, éste se enriquece en la diversidad que somos.
Indicó que cuando uno se sale de la certeza y empieza a navegar en las incertidumbres, es un movimiento del pensamiento y eso permite ver que somos múltiples realidades y culturas y que hay conocimientos diferentes, todos importantes, pero no todos pertinentes a las realidades que tenemos.
La descolonización, concluyó, no se trata de los territorios sino del pensamiento, lo cual significa repensarnos “y volvernos a pensar a construir, desestructurar las certezas e incorporar saberes otros”.
