RENÉ ALBERTO LÓPEZ
En su visita a la colonia Gaviotas Norte, a donde arribó para revisar la obra del nuevo “Malecón Leandro Rovirosa Wade”, el presidente López Obrador se llevó tremenda sorpresa al recibir el reclamo unánime de los lugareños a causa del pomposo proyecto que llegó a perjudicarlos sobremanera.
Los vecinos se enteraron que ese domingo (05 de junio) estaría el Presidente en la popular colonia, ubicada del otro lado del río Grijalva, por lo que desde muy temprano se dieron cita, no para ovacionarlo, sino para hacerle el reclamo de lo que había causado la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), principalmente a los comerciantes.
Así, el presidente López Obrador recibió ayer de primera mano los reclamos de los afectados, quienes se quejan de lo perjudicial que ha sido para ellos la edificación del nuevo malecón de Gaviotas. A la protestas de los gavioteros se sumaron los de La Manga y El Triunfo pues los efectos del problemas los alcanza.
Con detalles de por medio los habitantes explicaron al Ejecutivo la irracionalidad de haber quitado dos carriles a la avenida principal, adyacente al malecón, y dejar sólo uno. Esta acción impidió que quienes eran sus clientes se puedan estacionar, razón por la cual le han bajado las ventas hasta en un 50 por ciento.
Además, a las horas pico la colonia se vuelve un pandemónium al dejar un solo carril en esa área. Explicaron, por ejemplo, que si alguien se estaciona para comprar en uno de los negocios de la zona, entonces ya no puede transitar el camión de la basura ni el vehículo que surte los cilindros de gas, por supuesto tampoco los repartidores de refrescos, “es un verdadero desmadre”, nos cuenta un vecino del lugar.
Ahí tiene, pues, el Presidente, el reclamo del pueblo bueno, de los que no se dejan y saben protestar cuando son agraviados en sus derechos. En este caso, el derecho al trabajo, a ganarse el pan, y que la obra del malecón ha venido a crucificarlos, después de dos años de pandemia.
Por cierto, en su edición de este lunes, el diario Ultimátum publica como nota principal, en primera plana, la vista del presidente a la populosa colonia, bajo el título: “Embellecimiento que empobrece”. Ponga atención a la foto de primera plana, en el momento que el presidente López Obrador, la alcaldesa Yolanda Osuna Huerta y el gobernador Carlos Manuel Merino Campos, escuchan la ira de los colonos. (Aquí la anexamos al texto de esta columna).
Y bien. Sirva el caso del malecón de Gaviotas Norte para que la Sedatu no vaya a cometer el mismo error en el “Malecón Carlos A. Madrazo” de la ciudad de Villahermosa, porque entonces si ardería Roma.
Y es que los gobiernos deberían tomar en cuenta a la población en las planeaciones de la obra pública, no sólo usar a la gente para pedirles el voto, no sólo decir en los discursos que “el pueblo manda”, hay que demostrarlo en los hechos.
Bueno sería entonces que, “antes del niño ahogado”, la Sedatu, esto es, el gobierno federal, debería consultar el proyecto del “Malecón Carlos A. Madrazo” con alguna representación de los ciudadanos de Villahermosa, además con socios de la Cámara Nacional de Comerció, y con comerciantes de la Zona Luz y del Mercado “José María Pino Suárez”.
Ahí se las dejo.
La botica
1.- El director de Fonatur, Javier May Rodríguez, rompió esa política de cerrazón que hay en Tabasco desde hace 9 años, impuesta por el gobierno de Arturo Núñez desde el 2013, y copiada fielmente por Adán Augusto López Hernández y sus subditos, quien incluso, este último, dio órdenes a los alcaldes de no atender a los medios de comunicación, violando la autonomía municipal. De ese tamaño su pensamiento obtuso.