El gobierno mexicano sigue sin garantizar la seguridad para que más de 200 familias regresen de Guatemala.
✍?ACÁ ENTRE NOS | Alejandro Moguel
El gobierno mexicano no ha podido generar suficientes condiciones de seguridad para que puedan regresar las más de doscientas familias que fueron a resguardarse a territorio guatemalteco.
Propios y extraños nos enteramos, por fuentes del gobierno de Guatemala que a mediados de julio pasado, alrededor de 600 chiapanecos habían ingresado a territorio de ese país a solicitar asilo, porque grupos del crimen organizado los habían estado hostigando y forzando, principalmente a los hombres, para que se incorporaran a sus actividades ilícitas.
En aquella ocasión, algunos llegaron hasta la Aldea Perla Escondida y otros más se trasladaron a la Aldea El Oaxaqueño, ambas de Cuilco.
Hombres, mujeres, niños, niñas y personas adultas mayores, emprendieron el éxodo para huir de la narcoviolencia que azota a diversas comunidades de Amatenango de la Frontera y otros municipios de la región Fronteriza y Sierra Madre de Chiapas.
Barrio San José está entre la cabecera municipal de Amatenango de la Frontera y la comunidad Nuevo Amatenango, muy cerca de la línea fronteriza de México con Guatemala. Según el último censo del INEGI, tiene unos 200 habitantes.
Algunos medios de lado guatemalteco señalaron que son 150 personas las desplazadas, otras refieren que podrían ser más de 300 los desplazados, pues a los del Barrio San José, se les unieron en el éxodo, pobladores de rancherías vecinas.
De esa información, los chiapanecos nos enteramos por las declaraciones de la gobernadora de Huehuetenango, Elsa Hernández de que ya estaban brindando atención a los chiapanecos y por el presidente de ese país vecino nuestro, Bernardo Arévalo.
Elsa Hernández dijo a los medios de comunicación que, derivado de lo que acontece del lado mexicano, la población guatemalteca también estaba en situación de riesgo.
Y fue entonces cuando reveló que el gobierno de Guatemala tenía un plan de seguridad del gobierno de ese país que se denomina el Plan del Cinturón de Fuego, que estaba implementando la brigada militar para la seguridad ciudadana en coordinación con la Policía Nacional Civil.
Pero desde aquella fecha y hasta ahora, apuntando a fines de agosto, autoridades mexicanas nada han hecho para que esas familias quieran regresar voluntariamente a sus lugares de origen. Eso es un signo de que no están convencidos de que podrán vivir tranquilos si regresan a sus casas.
Con relación a eso, lo último dicho por la secretaría de Gobernación de México, Luisa María Alcalde es que en coordinación con los gobiernos de Guatemala y Chiapas, el Ejecutivo federal prepara acciones de asistencia a las 200 personas desplazadas del municipio de Amatenango que han cruzado la frontera y se encuentran en territorio guatemalteco.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador consideró importante que se logre un acuerdo entre las comunidades de La Concordia y Chicomuselo, donde actúan dos grupos, y de manera voluntaria o no se involucra a miembros de las comunidades, y la gente quiere la paz.
Luisa María Alcalde informó que se está atendiendo a estos desplazados en Guatemala y dentro de territorio chiapaneco ya ingresaron autoridades desde el martes pasado y que acordaron con los pobladores la instalación de caravanas de salud, un tianguis y módulos de Bienestar para proporcionarles atención integral, con el acompañamiento de la Guardia Nacional y de Sedena, para garantizar condiciones de tranquilidad, paz y bienestar, y pueda haber un retorno seguro. Nada ha funcionado. Los chiapanecos siguen en Guatemala y no quieren regresar a sus casas, porque saben que la violencia sigue.
alexmoguels@hotmail.com