Sus ventas han disminuido; la mayoría no tiene otra actividad económica para sobrevivir.
✍🏽Alfonso Salazar
El mercado Juan Sabines, ubicado en el primer cuadro de la ciudad capital ya no luce tan colorido y vivo como lucía años atrás, situaciones como la pandemia, la crisis económica y el ambulantaje que no termina han disminuido más del 50 por ciento las ventas de locatarios; muchos han decidido cerrar y ya no regresar a sus puestos porque aseguran, ya no hay ventas.
Caminar por los pasillos de este mercado, ubicado en el centro de Tuxtla Gutiérrez, es encontrarse con locales cerrados, ventas mínimas y múltiples denuncias de las y los vendedores, quienes siguen pidiendo a las autoridades municipales restablecer el orden en cuanto a las ventas ilegales que se presentan fuera de este centro de abastos.
Los locatarios, señalan que les ha ido mal, que únicamente llegan al mercado porque están acostumbrados, y porque además, la mayoría no tiene otra actividad económica para sobrevivir, por lo que no tienen otra opción.
Anteriormente, tener y trabajar un puesto dentro de un mercado significaba dinero seguro, con ello, cientos de familias pagaban el estudio de sus hijos e hijas, contribuían a la economía local y abastecían las necesidades de la población, hoy en día, el panorama es distinto.