Lo que está sucediendo en el país, guardando las proporciones, en efecto posee los mismos efectos del cuento de Gabriel García Márquez.
✍?DERECHO DE RÉPLICA | Victor Manuel Cruz Roque
El cuento del genial Gabriel García Márquez, podemos usarlo metafóricamente y compararlo con que está pasando con la reforma judicial en curso.
El escritor de las palabras exactas e inteligentes, refiere en su obra literaria que una señora vieja, un día les dice a sus dos hijos que tiene en presentimiento que algo muy grave va a suceder en el pueblo. Los pequeños de 17 y 14 años ríen de su madre. El jovenzuelo va a jugar billar y falla el tiro, luego confiesa que es porque le preocupa la revelación de su progenitora. El ganador llega a su casa y cuenta lo sucedido, versión que la escucha una señora que luego va a comprar carne y en vez de un quilo compra dos previendo que “algo muy grave va a suceder en el pueblo”.
Después de lo sucedido, el carnicero, a sus clientes, les recomienda que adquieran lo suficiente por lo que se anuncia va a suceder, y así, todo el pueblo se prepara para ese acontecimiento fatal y vacían sus casas preparándose para huir. Uno de ellos justifica e incendia su casa, ejemplos que siguen todos y se disponen a abandonar el pueblo “en un tremendo y verdadero pánico, como en un éxodo de guerra, y en medio de ellos va la señora que tuvo el presagio, clamando:
–“Yo dije que algo muy grave iba a pasar, y me dijeron que estaba loca”
LA RUMOROLOGÍA
En el cuento del Nobel colombiano sucede lo mismo con la cacaraqueada reforma al Poder Judicial en México, donde la rumorología ha sentado sus reales y se esparce atizando informaciones o desinformaciones. Ejemplo es lo sucedido en las manifestaciones efectuadas recientemente por la base trabajadora llevando o tejiendo afirmaciones que carecen de sustento o se tergiversan a conveniencia, llegando al extremo de afirmar situaciones absurdas e improcedentes como es el hecho de que el régimen cuatroté intenta “desaparecer” definitivamente al Poder Judicial.
Este “fenómeno” se explica, por obviamente los intereses de las partes en conflicto: por una parte la oficial, descartándose la voz del presidente López Obrador y su acostumbrada racha de descalificaciones, siembra de polarizaciones demostrativas de que posee la verdad absoluta, casi a manera de que “el pueblo soy yo”.
Y la contraparte, que en efecto hay que decirlo, es una comunión de personajes identificados con el conservadurismo que se resiste a perder privilegios y excesos acumulados históricamente.
El gobierno de la Cuarta Transformación lee equivocadamente que los resultados del proceso electoral concluido le confieren potestad y mandato para configurar imposiciones a diestra u siniestra a nombre del pueblo, sin escuchar ni advertir, que existen factores que lo obligan a ser receptivo y sensible, sobre todo, convencer que en efecto es necesario poner fin a esos espacios de poder que se creen intocados, como lo es el Judicial Federal y sus articulaciones de impartición de justicia, que también deben incluir las propias de pendientes del Ejecutivo, es decir, integralmente.
Los amparos otorgados por dos jueces, de Morelos y Chiapas, para que el Legislativo suspenda sus trabajos en torno al análisis y procedencia de las reformas Constitucionales del Poder Judicial, solo atiza el fuego y se prevén más choques institucionales, y en medio de ellos, el pueblo “bueno y sabio” desinformado.
Lo que está sucediendo en el país, guardando las proporciones, en efecto posee los mismos efectos del cuento de Gabriel García Márquez.
Cuidado: Algo muy grave va a suceder en el pueblo.
Es todo, gracias.
vmcruzroque@hotmail.com