Es una locución latina de uso actual que significa literalmente “se acabó todo”, “todo está cumplido” o “se ha terminado todo”.
✍?ACÁ ENTRE NOS | Alejandro Moguel
Es una locución latina de uso actual que significa literalmente “se acabó todo”, “todo está cumplido” o “se ha terminado todo”. En otras palabras, se consumó el Plan C, ideado por el presidente, Andrés Manuel López Obrador desde el año pasado: ganar suficientes diputaciones y senadurías para obtener mayoría calificada en ambas cámaras, y con eso modificar la Constitución cuantas veces se le diera la gana.
Los astros le concedieron un regalo más al tabasqueño: cuenta con un mes entero, septiembre, para poder él guiar esas modificaciones a la Carga Magna, antes de dejar el cargo.
Sucedió lo que se avizoraba con mucha anticipación. La aplanadora de Morena en la Cámara de Diputados aprobó, sin problema alguno, la Reforma al Poder Judicial que desaparecerá la figura de los actuales juzgadores -jueces, magistrados y ministros- de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y creará otra que tendrá que pasar por el filtro en una elección directa con los ciudadanos: el voto popular, un mecanismo sumamente cuestionado por propios y extraños, en México y en el exterior, sobre todo por los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, con los que nuestro país tiene un Tratado trilateral de libre comercio.
Nada hubo que lo impidiera. Ni siquiera los alaridos de protesta de los trabajadores de ese ente del Estado mexicano, ni de reconocidos analistas políticos o juristas. Tampoco funcionaron los reclamos hechos por los gobiernos de EU ni de Canadá. El embajador del vecino país del Norte en México, Ken Salazar, presionó aún más: si legisladores mexicanos aprueban la reforma al Poder Judicial, peligrará la relación bilateral entre México y EU. Nadie le hizo caso. Es intromisión a nuestra soberanía nacional, dijo, a lo mucho, el presidente López Obrador.
Mucho menos funcionó que los reclamantes hayan cerrado los accesos de la Cámara Baja para evitar el paso de los diputados. Éstos se fueron a una sede alterna: la Sala de Armas.
Tras una maratónica sesión de 18 horas en esa sede alterna, los legisladores avalaron la controversial propuesta del presidente con 357 votos en favor, por apenas 130 en contra y cero abstenciones.
La ley ordena que una reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM) requiere de las dos terceras partes de la cámara legislativa correspondiente que, en el caso de la Cámara Baja, requiere de 333 legisladores. Morena y aliados reunieron ayer 357 votos a favor. De sobra cumplieron con la mayoría exigida.
Aunque los diputados de los partidos Acción Nacional (PAN), Revolucionario Institucional (PRI) y Movimiento Ciudadano (MC) presentaron reservas sobre a algunos artículos del dictamen, el oficialismo -que representa la mayoría- votó directamente para desecharlas casi todas y así apresurar la votación en lo particular. Eran las 4:15 de la madrugada de este martes, cuando Morena cantó la victoria de su aplanadora.
Ahora, la controversial iniciativa del presidente AMLO deberá pasar por un proceso de corrección de estilo, pero sin modificar lo aprobado en el Pleno de la Cámara de Diputados.
Después, ayer martes mismo, fue enviada al Senado de la República para su análisis y discusión en comisiones a partir de la próxima semana.
Los senadores también tienen pensada una sede alterna para procesar la minuta legislativa, a partir del próximo domingo.
alexmoguels@hotmail.com