Eso de “abrazos y no balazos” es claudicación…o complicidad.
✍?DERECHO DE RÉPLICA | Victor Manuel Cruz Roque
“Dios te bendiga, soy del poblado de Chicomuselo, Pido para sacar de comer y rentar casa. Soy desplazado. Oremos por Chiapas.”, reza la cartulina que ese ciudadano muestra para llamar la atención y recibir, en estado de mendicidad, algunas monedas. Como él, cuantos hay pululando por ahí, pidiendo ayuda para sobrevivir.
Nuestro anónimo personaje es desterrado de la tierra donde seguramente sobrellevaba su cotidianidad, situación que se alteró por la irrupción de violencia que prevalece en esa y muchas comunidades más, de agreste fisionomía.
Él, seguramente no conoce la retórica que nutre las políticas públicas de seguridad instituidas por la Cuarta Transformación en curso. Quizá en algún momento circunstancial escuchó aquello de “abrazos y no balazos para hacer frente al intenso oleaje de inseguridad prevaleciente en todo el territorio nacional, con énfasis en espacios históricamente pobre y marginados como es la llamada sierra madre de Chiapas.
Detrás de su historia de vida es, con cierto grado de certeza, que se trata de uno más de los miles que antes poseían una casita, un pedazo de tierra, un modesto patrimonio, una familia, y muchos, muchos sueños ahora truncos por la inseguridad prevaleciente en su lugar de origen, al que debió abandonar por la emergencia.
ABRAZOS, NO BALAZOS
La especie de slogan instituido por Andrés Manuel López Obrador, que exhibe una marcada intención de moralidad e incluso con matices de cierta inducción religiosa, por lo que dice el texto bíblico en Lucas 6: 29
pero que también a su vez es absurdo, incongruente e ineficaz para efectos de tratar institucionalmente el fenómeno de la violencia propiciada por grupos y horas delincuenciales que desconocen esos códigos y canales expresivos porque su lenguaje es de otra naturaleza, diametralmente opuestas.
A tan solo siete días de que la estafeta presidencial cambie de manos, llama la atención la renuncia “por motivos de salud” del Fiscal General de la República Alejandro Gerts Manero, el brazo operativo policial para hacer frente a las embestidas de la llamada “delincuencia organizada” con presentación terrorista en todo el territorio nacional. Eso significa que el que se va, impone su legado y diseña sucesoriamente lo que debe hacer la que llega, sin opción de revisión, corrección o re direccionamiento de esos abrazos fallidos para tratar los flagelos ocasionados por su, inequívocas y fallidas estrategias para preservar uno de los derechos humanos y constitucionales elementales para la convivencia social que es la seguridad.
Por elemental definición y entendimiento, la voz del Jefe del Ejecutivo federal es la del gobierno y del Estado, y he que, esto y toda la parafernalia discursiva y de buenas intenciones, el humilde ciudadano de Chicomuselo que pide ayuda en las calles de Tuxtla, sencillamente no lo entiende, pero tiene sed, hambre y frio existencial.
Eso de “abrazos y no balazos” es claudicación…o complicidad.
APUNTES
El evento de las Grandes Voces del Bicentenario, efectuado el pasado viernes en conocido salón de convivencia, fue exitoso. Fue presidido por la presidenta de la Asociación Nacional de Locutores de México A.C., Dra. Rosalía Buaún Sánchez y por el representante personal del gobernador electo, Eduardo Ramírez Aguilar, Lic. Fernando Bermúdez. Por cuestiones de espacio, hablaremos de esto en otra entrega.
Es todo, gracias.
vmcruzroque@hotmail.com