Las bajas ventas han ocasionado que los comerciantes de aves vivas cierren sus locales.
Gabriela Jiménez/Ultimátum
VILLAHERMOSA
Totalmente quebrados se encuentran los vendedores de aves de corral en el mercado José María Pino Suárez, prueba de ellos es que en este momento únicamente cinco puestos de este giro trabajan, mientras que los demás permanecen cerrados o son utilizados como bodegas por los locatarios.
Durante recorridos de varios días se pudo constatar que en el área destinada para la venta de pollos, gallinas y pavos en pie, solamente cinco locales están trabajando, mientras que todos los demás corrales los utilizan para guardar utensilios.
Al entrevistar a una de las personas que se encuentra atendiendo uno de los locales, pero que no es la concesionaria, indicó que desde la pandemia la venta de estos animales bajó considerablemente por lo que muchos optaron por cerrar sus puestos.
Aunque no quiso dar su nombre, mencionó que hay varias razones por la baja venta, primero porque el precio de estas aves se dispararon; por ejemplo, un pavo tiene un precio de entre mil y mil 300 pesos, mientras que una pava puede costar de 500 a 650. Lo mismo sucede con las gallinas vivas que su precio se incrementó en un 50 por ciento.
Otro de los motivos que los tienen “ahorcados” es porque mucha gente no quiere entrar a la parte de atrás donde los ubicaron, argumentando que está muy lejos y hace mucho calor. Aunado a que durante la pandemia muchos clientes dejaron de llegar por temor al contagio, lo que ocasionó una caída estrepitosa.
Cabe mencionar que en los más de 20 corrales que se encuentran cerrados se pueden observar sillas, mesas, cajas y demás, y se espera que la recuperación de este sector sea muy lenta.