Habitantes de la ranchería Huimango pararon obras que el presidente municipal Jesús Armando Cano González ejecuta, pues consideraron que le trae más negocio al alcalde que beneficio al pueblo.
Alberto Savala/Ultimátum
CUNDUACÁN
Cansados de regaños y de nula información, habitantes de la ranchería Huimango decidieron paralizarle al gobierno municipal una obra de pavimentación que, por su sospechosa programación, representa más negocio para el edil que beneficio para la comunidad.
De acuerdo a los líderes de la ranchería Huimango, el gobierno municipal mandó ejecutar una pavimentación de 970 metros lineales en la segunda sección de la comunidad, pero sin considerar los daños a la comunidad por omisiones en el proyecto.
Los quejosos dijeron que uno de ellos fue la construcción de un pase de agua, donde en lugar de construir los cabezales, el constructor beneficiado solo optó por colocar costales de arena, a sabiendas que con el tiempo éstos se romperían taponeando el pase hídrico, causando inundaciones a la zona.
Denunciaron que debido al tema buscaron al alcalde, quien de manera soberbia los ignoró y solo mandó a funcionarios de la Dirección de Obras Públicas a regañarlos.
Agregaron que, incluso, los representantes del edil culparon a la comunidad de la falla, cuando el proyecto lo armó el gobierno municipal y, buscando ahorrarse dinero, omitieron el pase.
Ante la actitud arrogante del alcalde, la comunidad decidió parar la obra hasta que el edil tenga vergüenza y acuda al sitio a darles la cara, ya que no los quiso atender cuando lo fueron a ver al ayuntamiento.
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